¿Comienza la busqueda de un helicoptero conjunto para Argentina?



Frente al escenario de una flota de alas rotativas cada día más antigua en las tres Fuerzas Armadas, cualquier iniciativa de análisis y búsqueda de un reemplazo en algún momento se pregunta si un mismo helicóptero pudiera satisfacer las necesidades de la Armada, Ejército y Fuerza Aérea.

Las tendencias actuales de esta administración de gobierno también han impulsado este tipo de razonamientos, con supuestos beneficios resultantes de la economía de escala frente a la incorporación de aeronaves de distinta marca y modelo en pocas cantidades, a mayor costo de adquisición y mayor costo operativo, prácticamente una mala palabra frente al razonamiento estatal vigente y en un contexto de “vacas flacas”. Prácticamente sin intención, las FF.AA. han tenido ya un modelo de helicóptero “conjunto”, entre comillas, ya que si bien el UH-1H “Huey” operó simultáneamente en las tres Fuerzas por un periodo de aproximadamente una década, poco ha tenido de conjunta su operación en sí misma. Actualmente se encuentra en servicio solo en la Aviación de Ejercito, ya que fue dado de baja sin reemplazo por la Armada y Fuerza Aérea. La nobleza probada del “Huey” se contrapone con lo espartano de su equipamiento, lo que no le permite cumplir satisfactoriamente las más críticas y algunas muy específicas funciones de los helicópteros que hoy necesita una fuerza armada moderna. La cada día más reducida disponibilidad de repuestos y soporte, en combinación con la antigüedad de los aparatos, anticipan un inevitable (y también lógico) final de carrera. 

Lo mismo sucede con los Sea King de la Armada, más allá del análisis naval de su posible conversión al estándar S-61T. Frente al largo proceso de reemplazo del UH-1H en la Aviación de Ejercito, donde se han analizado todas las propuestas del mercado. El Tte Grl Bari del Valle Sosa, Jefe de Estado Mayor Conjunto de las FF.AA. y hombre fuerte militar de este gobierno, privilegió e impulsa una eventual alternativa conjunta para reemplazar a los helicópteros UH-1H, Súper Puma y Sea King. El más realista de los análisis podrá reconocer que si bien nunca podrá existir una compatibilidad al 100% de las cualidades que debe satisfacer una aeronave para satisfacer los requerimientos de cada una de las Fuerzas, podría en su lugar intentar alcanzarse el más alto grado de normalización deseable, algo que actualmente es utópico de plantear. Dentro de esas convenciones, podemos destacar el deseo de parte de las FF.AA. que, en el caso de avanzar en acuerdos de tal magnitud, tanto por el monto de la operación como de la cantidad de los aparatos resulta prácticamente excluyente la condición de obtener la capacidad de su mantenimiento total en el país.
Este ha sido el talón de Aquiles en el Mi-171, uno de los menos discutidos y más rústicos aparatos incorporados, de los cuales la Fuerza Aérea Argentina cuenta con dos. Probados a nivel mundial, la Federación Rusa ha mantenido la férrea política de realizar el mantenimiento mayor de estas aeronaves exclusivamente en sus talleres, lo que implica un muy alto costo, debido a que prácticamente implica la reconstrucción de la aeronave y el reemplazo de sus motores, con una limitada vida útil. Mediante capacitaciones realizadas en los Estados Unidos y asistencia de los técnicos de Mil (lo que permitió la habilitación para realizar los trabajos por parte del fabricante), el personal de la Fuerza Aérea Argentina ha podido aplicar efectivamente los escalones de mantenimiento previos a esta recorrida mayor. Sin embargo, lo inevitable de la necesidad de enviar los aparatos a la Federación Rusa llegado el momento de la recorrida mayor ha planteado serias dudas acerca de la continuidad de estas aeronaves a mediano plazo en la Fuerza, algo que han informado algunos portales recientemente. 

Este hecho, se contrapone la con adquisición de 4 nuevos helicópteros Bell 412EP, que si bien fue más onerosa, fue más completa y permitió a la FAA obtener la capacidad para mantenerlos totalmente en el Área Material Quilmes. La eficiencia en los procesos de mantenimiento y los recursos que le demandan a la Nación también se encuentra bajo la lupa del Ministerio de Modernización, quien audita y analiza mejoras en los mismos y lógicamente vería con muy buenos ojos la adopción de una plataforma común. Son pocas opciones las que efectivamente existen en el mercado y pueden proveer de proporcionar la solución que se necesita (aeronaves que puedan realizar operaciones tanto sobre el terreno como embarcadas). Tanto el Airbus Helicopters H225 como el  Sikorsky S-70 Black Hawk demuestran capacidades ya maduras y propias que superan al resto de la competencia, si es que incluso existiera en su categoría. Sin embargo, un número de ventajas estratégicas, políticas y técnicas podrían inclinar la balanza hacia una de ellas en particular.

Varios motivos resultan desfavorables para el H225/H225M, especialmente los accidentes sufridos por fallas catastróficas de diseño recientemente que obligan a un mantenimiento mucho más exigente y aun sin resolver, aun con inconvenientes de disponibilidad. También años atrás Airbus Helicopters, como parte de un acuerdo estratégico entre Francia y Brasil, se asoció con Helibras donde produce bajo licencia los H225M y es el centro autorizado de mantenimiento para toda la región. Una oferta que claramente no se repetiría con la Republica Argentina. Partiendo de la base de suposición que se podría adquirir en un primer momento una treintena de helicópteros para las tres FFAA, se trataría de un contrato multimillonario que sin el necesario apoyo político será imposible de concretar por sí solo. Sikorsky ha ofrecido facilidades para la financiación necesaria y creemos que contaría con un claro apoyo de los Estados Unidos para lograr salvaguardar los obstáculos en este sentido que se presenten, sea con financiación estatal o privada. Una comisión ha visitado la Fabrica Argentina de Aviones (FAdeA) reconociendo la capacidad instalada y barajando la posibilidad de incluso abrir una línea de montaje de los S-70 BlackHawk en el país. 

Esto brindaría capacidad de producción, mantenimiento y soporte acorde a la preferencia de las FF.AA., tal y como Brasil ha logrado por su parte con Helibras/Airbus Helicopters. Incluso abriendo la posibilidad de proveer al mercado civil, estatal y las fuerzas de seguridad, que ahora tiene con una disponibilidad de fondos considerable. De contar con un apoyo en la Ley de Offset, el rédito político generado por una compra estimada en alrededor de 1000 millones de dólares y con compensaciones industriales en un monto superior a este resulta muy atractiva. Sin embargo no debe dejarse de lado la necesaria asignación presupuestaria para la adecuación de unidades y personal para llevar a cabo esto en tiempo y forma, sino contando con millonarios aparatos estrictamente militares que no recibirán la atención que necesitan para operar según parámetros de combate. Más allá de la propia conclusión de cuál puede ser el más adecuado de estos helicópteros para las FF.AA. argentinas, se desprenden varios razonamientos indiscutibles para demostrar la magnitud y consecuencia si se emprendiera finalmente este proceso de reequipamiento. 

Las FF.AA. necesitan aprender a usar y mantener nuevas aeronaves, medios que pueden tener un promedio de vida útil de 30 a 50 años. Que si bien precisan de mayores presupuestos, son una excelente oportunidad de obtener tecnología para múltiples ámbitos de empleo y fuerte capacidad de supervivencia debido a su origen militar. Este no es un tema menor para un país donde la formación y retención de pilotos es un problema crónico, por lo que se debe hacer todo lo posible para garantizar la supervivencia y de los pasajeros que transporte. En esos términos, podemos reafirmar la preferencia en este artículo por el Sikorsky S-70 y los potenciales beneficios que produzca su adquisición, inclusive con la posibilidad de apoyarse en las FF.AA. colombianas con amplia experiencia de operación e incorporación de nuevas tecnologías y armamentos mediante intercambio de personal de ambas naciones, sea en un primer momento haciendo uso del centro de mantenimiento, entrenamiento de personal tecnico y uso del simulador de vuelo. (Jesús.R.G.)

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