Chile estudia la construcción de dos OPV equipados con sensores y misiles antibuque.


La Armada de Chile está en etapa de análisis técnico para definir si implementará una serie de nuevas capacidades y tecnologías en los patrulleros oceánicos (OPV) números 5 y 6 que tiene previsto incorporar en los próximos años para reforzar la presencia, vigilancia y control marítimo de las aguas jurisdiccionales nacionales. Los nuevos OPV que construirá Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar) contarían con sistema de mando y control, radar táctico, sistema integrado de comunicaciones, misiles antibuque y sonar remolcado. Al respecto, cabe indicar que varias empresas en 2016 presentaron de manera preliminar información de sus productos a la institución y exhibieron en la última Exponaval sus soluciones tecnológicas. 

La posibilidad de que estas unidades dispongan de misiles antibuque y sonar remolcado constituye lo más llamativo ya que, en la actualidad, las misiones de guerra antisuperficie y antisubmarina son ejecutadas por la Escuadra Nacional, la Fuerza de Submarinos y la Aviación Naval y no por esta clase de unidades auxiliares, que están orientadas a labores de patrullaje y control del territorio marítimo, búsqueda y rescate, control y combate de la contaminación acústica, fiscalización de las actividades naúticas, apoyo logístico a comunidades aisladas y mantenimiento de la señalización marítima. Uno de los temores de desarrollar esta clase de OPV armados es que terminen recibiendo sistemas sofisticados y caros propios de buques de combate, sin poder sacar el máximo provecho por las limitaciones de diseño que tienen las unidades concebidas para vigilancia marítima como también que estos patrulleros se conviertan en reemplazos de buques especializados, sin contar con las capacidades técnicas para ejecutar labores complejas. Si bien es correcto afirmar que estas capacidades no tienen sentido en unidades destinados al rol marítimo, la presencia a bordo de estos sistemas permitirían a los OPV realizar tareas de carácter militar de manera secundaria a las que efectúan las fuerzas operativas de la Armada aprovechando de esta manera la institución una plataforma económica de operar y de gran autonomía. 

Sus sistemas de mando y comunicaciones facilitarían la interoperación con unidades extranjeras en ejercicios internacionales y operaciones de paz, siendo esto último un reto que Chile deberá asumir en los próximos años. Otro elemento destacable es la posibilidad de montar e integrar productos desarrollados por la industria militar nacional o bien que estas empresas se asocien con firmas internacionales para proveer equipos. Sistemas de Defensa S.A. (Sisdef) tiene gran experiencia en la producción de los sistemas de mando y control CMS SP21K y DATA LINK SP100 mientras que Desarrollos de Automatización S.A. (DESA) ha generado varios sistemas de control de fuego que son utilizados por la Armada de Chile. La instalación de misiles antibuque tampoco generaría un gran desembolso de dinero ya que la Marina tiene en stock misiles MBDA Exocet MM-40 Block 2 yBoeing RGM-84 Harpoon Block II además de consolas de control de fuego. 

Evolución de los patrulleros oceánicos OPV-80 de la Armada de Chile 
La Armada de Chile inició en el año 2005 el proyecto Danubio IV con el propósito de incrementar las capacidades de vigilancia y control, búsqueda y rescate marítima, control y combate a la contaminación acuática, entrega de apoyo logístico a zonas aisladas y mantenimiento de faros y balizas. Asmar comenzó en 2006 la construcción de la primer serie de dos patrulleros oceánicos de un total de seis planificados en base al diseño OPV-80 de la empresa alemana Fassmer GmbH. 

Estos primeros buques, el OPV-81 Piloto Pardo y el OPV-82 Comandante Toro que entraron en servicio en 2008 y 2009, tienen 80,6 metros de eslora, 13 metros de manga, 4,5 metros de calado y desplazan 1.728 toneladas. Cuentan con dos motores diésel Wartsillamodelo 12V26 de 4.080 kW, tres motores generadores Caterpillar 3412 de 380 kW y disponen de un cañón Bofors L70 de 40 mm y seis ametralladoras Browning M2 de 12,7 mm. Alcanzan una velocidad náxima de 20 nudos y poseen un autonomía de navegación de 30 días siendo su rango de acción de 8.000 millas náuticas a 12 nudos. Tienen una dotación de 32 tripulantes y capacidad para transportar 30 pasajeros. Para operaciones aéreas disponen de cubierta de vuelo y hangar para un helicóptero tipo AS365 Dauphin de Airbus Helicopters. La construcción del segundo batch o lote se postergó tras el terremoto y tsunami que devastaron el 27 de febrero de 2010 las instalaciones de Asmar en el puerto de Talcahuano. Los trabajos de producción del OPV-83 Marinero Fuentealba se iniciaron en julio de 2012 y el buque se incorporó en noviembre de 2014 mientras que la construcción del OPV-84 Cabo Odger partió en mayo de 2015 y su entrada en servicio está prevista para mediados de este año. 

Estos patrulleros oceánicos presentan importantes diferencias con los dos primeros OPV ya que desplazan 2.100 toneladas por contar con un casco reforzado tipo ice class que permite la navegación en clima antártico, disponer de sistemas anticongelantes en estanques para surcar aguas frías, puente extendido para facilitar las operaciones marítimas y por incorporar un cañón Leonardo Compatto de 76/62 mm con control de fuego Maitén-3/Chde la firma DESA en vez del cañón Bofors L70 de 40 mm y control de fuego Aries de DESA instalados en el Piloto Pardo y Comandante Toro. En tanto, los dos OPV pendientes de construcción del tercer y último lote incrementarán su eslora de 80 a 90 metros, aumentarán a 2.500 toneladas su desplazamiento y dispondrán de motores diésel capaces de alcanzar una velocidad máxima de 25 nudos. Estas mejoras permitirán a los buques contar con una Central de Informaciones de Combate (CIC) dotada de consolas que entregarán la información táctica compilada por los diversos sensores de las unidades. (Jesús.R.G.)


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