Sistema de misiles Club-K, "el triunfo de la 'baraja de misiles' rusa".


El sistema de contenedor de misiles Club-K es calificado de ser el 'triunfo' de Rusia, dado que su camuflaje, que hace imposible distinguirlo de un contenedor cualquiera, garantiza que el ataque sea inesperado e imprevisto, unas características predominantes en las guerras modernas. Uno de los métodos de camuflaje de misiles que utiliza Rusia ha generado verdadero pánico entre los especialistas occidentales, escribe la cadena Zvezdá. Se trata del sistema de contenedor de misiles Club-K, que por su aspecto no se distingue en nada de un contenedor normal y puede ser instalado en buques, camiones o andenes de ferrocarril y, gracias a este camuflaje, puede ser transportado sin ser percibido a cualquier punto del mundo. "El efecto sorpresa de la realización de cualquier ataque militar se convierte en predominante en las guerras modernas", señala el director del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías, Ruslán Pújov. 

"Un misil de crucero, las armas balísticas son vulnerables precisamente por sus largas trayectorias de vuelo, lo cual permite localizarlos e intentar reaccionar", añade. Mientras tanto, "el sistema Club-K es el triunfo de Rusia contra la OTAN precisamente por lo inesperado e imprevisto de cómo aparece la 'baraja de misiles'", indica Pújov. Si antes se trataba solamente de sistemas de base náutica que se instalaban en buques de superficie y submarinos, ahora la Oficina de Diseño Novator ha instalado los misiles de buques en un contenedor especial de modo que ahora se pueden lanzar de forma autónoma, lo cual cambia radicalmente la táctica y la estrategia del uso de misiles, indica el medio. Ahora son capaces de lanzar ataques de manera eficaz tanto contra objetivos en el mar como en la tierra. Estos sistemas de misiles son capaces de contener los medios de defensa antimisil y los de los sistemas de defensa costera y obligar a los portaaviones a mantenerse alejados de la costa privándoles de la posibilidad de usar la aviación. 

En caso de desembarco de tropas, el sistema puede hundir los buques de desembarco. El Club-K actual está equipado con misiles de distintos fines, alcance y potencia. El más poderoso es el que se creó a base del misil reglamentario Granat, que está en servicio en la flota submarina destinado a atacar a los portaaviones. Su ojiva de alta penetración contiene unos 400 kilos de sustancias explosivas. En su versión clásica, Club-K es un módulo de arranque universal que tiene una instalación de lanzamiento levadiza para cuatro misiles. Este va acompañado por un módulo de control de combate y un módulo de alimentación de energía y soporte vital. Estos módulos son prácticamente imposibles de reconocer como sistemas de misiles hasta el momento de su uso militar. "El ataque resulta completamente inesperado para el enemigo y es prácticamente imposible reaccionar al mismo dada su rapidez", subraya el experto en temas de armamento Félix Merkúlov. (Jesús.R.G.)


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