El programa de submarinos australianos se acelera en tanto crecen las opciones de la oferta japonesa.


Como venimos informando en defensa.com, el gobierno australiano y el japonés están negociando la venta de un número significativo de submarinos de diseño japonés para la Marina australiana. Como dato relevante, el Gobierno australiano ha calculado que se agota el tiempo para optar por un programa de desarrollo que implique un largo plazo ya que la fecha límite es el comienzo de la baja de los actuales submarinos de la clase Collins, que llegará en 2026 o 2027. Mantener en funcionamiento la flota actual de submarinos costaría a partir de esa fecha aproximadamente 2.000 millones de dólares australianos. Por ello las opciones que maneja el Gobierno australiano se centrarían en diseños contrastados con un corto plazo de puesta en funcionamiento. De esta manera los diseños más modernos como los U218SG diseñado para Singapur por el astillero alemán Thyssen Krupp Marine Systems (TKMS), el A26 de Kockums (ahora Saab) o el S-80 de Navantia podrían llegar tarde para participar en el programa. 
 
No obstante, Australia quiere submarinos de largo alcance dada la extensión de sus aguas y sus costas lo que favorecería la opción del S-80 por tratarse de un diseño con grandes cualidades oceánicas. Si no se toma una decisión en breve se corre el riesgo de no disponer de una capacidad real de medios submarinos a partir de 2026, cuando llegue la baja de los Collins. El gobierno australiano se enfrenta así a un problema eminentemente técnico pero además a otros, como la cuestión de los costes y los factores políticos e industriales locales. Así, el astillero australiano que participaría en la construcción de los submarinos, la empresa ASC, estaría siendo analizada con lupa después de los retrasos que acumula en la construcción de los destructores antiaéreos de la clase Hovart, como informamos en junio en defensa.com. Es por eso que ha crecido últimamente el rumor de que los submarinos serían construidos en Japón. En el caso dell Soryu japonés, al tratarse de un diseño en funcionamiento, los riesgos técnicos serían bajos, más aún si no es necesaria la transferencia de tecnología para la fabricación bajo licencia en otro país. 
Quedaría por aclarar si serían adaptados para emplear los sistemas de origen estadounidense que emplea habitualmente la Marina australiana, por ejemplo los torpedos y quizá misiles. Este 9 de septiembre medios de comunicación australianos recogieron el rumor de que los submarinos se construirían en Japón, cifrando el coste en 20.000 millones de dólares australianos. Otras fuentes calculan que 10 submarinos de la clase Soryu costarían 25.000 millones de dólares australianos, en cualquier caso más barato que la construcción en Australia. Por si acaso el ministro de Defensa David Johnston salió al paso de estas noticias y reafirmó ese mismo día el compromiso de construcción del grueso del programa en Australia, declaraciones recogidas el Ministerio de Defensa, rechazando la opción de construcción íntegramente japonesa. Por último y aunque este no sería el factor más importante, el actual primer ministro australiano Tony Abbot prometió durante la última campaña electoral que los submarinos se construirían en Australia. (Jesús.R.G.)
 
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