Kaláshnikov, la empresa militar más importante
de Rusia, figura en la lista de sanciones de los Estados Unidos. En enero de
2014, antes del deterioro de las relaciones entre Rusia y los Estados Unidos,
en plena crisis ucraniana, la empresa rusa firmó un contrato exclusivo para el suministro de armas de fuego a los
Estados Unidos y Canadá. Se estima que el consorcio ruso exporta a esos
países entre 80.000 y 200.000 artículos al año. En concreto, se suministran a
los Estados Unidos, con la marca Izmash, rifles deportivos, carabinas de caza y
escopetas de perdigones, incluido el rifle Saiga, destinado a las unidades de
policía.
Comentan representantes del consorcio
Kaláshnikov que los suministros a los Estados Unidos les dan prestigio,
principalmente por lo que respecta al valor de la marca. Además de Estados
Unidos, el consorcio suministra sus productos a 27 países, incluido Reino
Unido, Italia, Alemania y Noruega. Las empresas Bazalt y Mashinostroiénie
[Construcción de maquinaria] y la Oficina de Diseño de Instrumentos KBP,
incluidos por primera vez en la lista de sancionados, son conocidas por
suministrar armas rusas a Siria. La primera empresa produce sistemas portátiles
antitanque, y Mashinostroiénie abasteció a Damasco de sistemas móviles
lanzamisiles costeros Bastión, así como de misiles de crucero antibuque
Yakhont.
A su vez la Oficina de Diseño de Instrumentos KBP suministró a Siria sistemas
de artillería antiaérea Pantsir-S1. Vadim Koziulin, profesor de la Academia de
Ciencias Militares, no ve en las sanciones norteamericanas un fundamento
político real. “Moscú no participa directamente en los acontecimientos en
Ucrania, y en la situación de Siria también se ha limitado apenas a adoptar
algunas medidas políticas”, dice.
En su opinión, la decisión del Ministerio de
Finanzas de los Estados Unidos se basa exclusivamente en consideraciones de
orden económico. Según datos del Instituto de Estudios Estratégicos de
Estocolmo (SIPRI), Rusia ocupa el segundo lugar en el mundo en términos de volumen de exportación de tecnología militar y
armamentística. Conforme a los resultados de 2013, el volumen
de las ventas relativas a la exportación de tecnología militar y armamentística
ascendió a 13.200 millones de dólares. Y a inicios de febrero de 2014 la
cartera de pedidos de exportación de productos militares rusos alcanzó los
40.000 millones de dólares. Además, Moscú está conquistando activamente
nuevos mercados, como el latinoamericano, nuevo para él, ya que antes estaba totalmente orientado a Estados Unidos. Así,
Venezuela y Brasil se han convertido en los últimos años en socios estratégicos
de Rusia en materia de cooperación técnico-militar, así como China, la India y
Argelia.
Titanio y motores
Conforme a Vadim Kozliulin, la lista de las
empresas rusas sujetas a sanciones por el Departamento de Estado y el
Ministerio de Finanzas de Estados Unidos no cambia de un año para otro: el
consorcio Kaláshnikov, la Corporación Uralvagonzavod, el Consorcio Estatal de
Defensa Almaz-Antei, Bazalt, que integra la corporación Rostej, el Grupo
Radioelektronnie tejnologii, el Consorcio Sozvezdie, la Oficina de Diseño de
Instrumentos KBP, etc. En 2006, los Estados Unidos impusieron
sanciones contra Rosoboronexport y Sujói a causa de su colaboración con Irán y
Venezuela.
Entonces Moscú había suministrado a Teherán sistemas de defensa
antiaérea Tor. A su vez, Sujói había vendido a Caracas 24 cazas Su-30MK2. Pero
al cabo de medio año se levantaron las sanciones. En particular, se comprobó
que la empresa norteamericana Boeing había comprado el 40% de titanio,
imprescindible para la construcción del novísimo Boeing 787 a la empresa
VSMPO-Avisma, controlada por Rostej (subordinado también a Rosoboronexport). La situación se resolvió durante un encuentro
personal entre el director del gigante de la aviación norteamericana y Vladímir
Putin en Moscú. En vísperas de nuevas sanciones, durante el salón
aeroespacial Farnborough International
Airshow 2014, el director de la compañía también se apresuró en anticiparse a
la situación, informando que Boeing está buscando una alternativa al titanio
ruso, pero que no le gustaría prescindir de él. En el periodo comprendido entre
2013 y 2018 el cumplimiento de los contratos con Boeing debería llevarla a cabo
VSMPO-Avisma, por un valor de 1.500 - 2.000 millones de dólares. Se ignora
cuánto perderá Boeing por el cese de colaboración.
En medio de la complicación de las relaciones
con Boeing, VSMPO-Avisma ha ampliado su colaboración con otro socio, la empresa
europea Airbus, que también compra titanio ruso para sus aviones. Según un
nuevo contrato, la empresa rusa suministrará piezas troqueladas y paneles
laterales para los motores de los nuevos aviones A320neo (New Engine Option),
que es una versión mejorada de los aviones de la familia A320, con nuevo motor. Para el avión están previstos dos tipos de
motores: el europeo CFM International LEAP-X y el americano Pratt & Whitney
PW1100G. Además, el motor PW1100G se suministra no sólo a la futura aeronave
europea, sino también al avión ruso МS-21. La corporación rusa Ikrut que
desarrolla el МS-21 no sólo construye el avión, sino que también financió
parcialmente la creación del PW1100G. Según Mijaíl Pogosyan, presidente del
Consejo Administrativo de la empresa United Aircraft, el avión ya tiene 180
pre-encargos (el mercado total se estima en 1.000 aeronaves). En este contexto, el viceministro de la
cartera de Industria y Comercio, Yuri Slyusar, ha declarado que, en caso de que
los suministros de los motores se interrumpan, Rusia recurrirá a los
tribunales. (Jesús.R.G.)
Fuente: http://es.rbth.com/
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