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Podría quedar sin efecto la licitación del Ejército Uruguayo para adquirir lanzacohetes, en la que quedaron tres finalistas: una firma serbia, la rusa Bazalt y Dynamit Nobel AG.

lanza misiles
Panzerfaust 3

La licitación reservada para la adquisición  de algunas docenas de lanzacohetes por parte del Ejército de Uruguay (no por cientos de unidades ni por los varios millones de dólares que habría informado algún distribuidor local interesadamente)  y que requería capacidad de destruir y no simplemente rasguñar un MBT, según  una fuente oficial, registró inicialmente 8 interesados, de los cuales finalmente los 3 mejor calificados fueron Dynamit Nobel AG, con el Panzerfaust 3 representado por la firma Gómez Haedo SRL) la rusa Bazalt, con el RPG 7 V2 (aunque se hizo saber al fabricante el interés potencial en evaluar  la serie RPG-29/32, por su alcance y penetración, tema descartado por el representante debido a la modestia del monto estimado)  y  una opción serbia, sobre la cual se ignora si se trata de alguna versión particular del RPG o el lanzamisiles Bumbar (aunque no fue lo que, al menos inicialmente, se pidió).

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RPG-7V2
 
Finalmente, para nada se pudo tratar la posibilidad teórica de dererivar hacia sistemas RPG 29/32, pues el representante local de Bazalt informó que la munición era costosa, sin proseguir las gestiones, aunque muchos técnicos especialistas estimaban que una adecuada combinación entre esta alternativa y los RPG-7V2 sería lo ideal, de no llegar con la cifra requerida para optar por el  Panzerfaust 3, dado el apreciable resultado del dispositivo ruso- de doble carga hueca- en sendos conflictos en Oriente Próximo y la buena relación de la Fuerza con el material ruso. El RPG 29 se ha probado sobradamente en combate, tanto en Irak (en manos irregulares) como en la misma Guerra Civil Siria, donde se han convertido en la pesadilla de los T 72 (con blindaje reactivo), por no hablar de los más débiles T-55. Sucede que Siria había realizado grandes compras de este material (que se ha medido con éxito también con el MBT Merkava de Israel en otro conflicto) y parte de estos arsenales han caído en manos rebeldes, que los usan contra las fuerzas blindadas del régimen de Damasco, fundamentalmente en teatros de operaciones urbanos (del cual abundan filmaciones al alcance de cualquier interesado en Internet). Como el RPG-7 ya era usado por el Ejército, más allá de alguna visita a su fábrica, no hacían falta pruebas más exhaustivas.

En cuanto a la compra de los lanzacohetes en sí, muy posiblemente frustrada, también es responsable el pliego por sensibles defectos en su redacción, que solicitaban el arribo de muestras a Uruguay, a despecho de la modesta cantidad de sistemas a ser adquiridos, lo que sería económicamente inviable dados los seguros y prevención para su transporte internacionalmente exigidas. También habrían conspirado contra esta licitación tanto el extremo conservadurismo de ciertos proveedores locales, como la escasez de recursos para una compra tan estratégica, e inclusive, la difusión periodística prematura de algunas instancias de este concurso. Llegando al  grupo serbio, que ya ha vendido munición al Ejército y la Policía, es representado en Uruguay por la firma chilena Cramick (localmente Wari, de ex Gómez Haedo SRL), firmemente cuestionada por el diputado opositor Pablo Abdala, a quien el Ministerio del Interior no responde algunos pedidos de informes por sobreprecios de 600.000 dólares en voluminosas compras de munición policial ( si esa respuesta no se produce en 6 días, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi será nuevamente llamado a la Cámara), mientras el tema de los lanzacohetes puede llevar al Parlamento al ministro de Defensa, Eleuterio  Fernández Huidobro.

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