El Ejército afronta el desafío más difícil: la retirada de los 1.550 militares de Afganistán. En parte por tierra, Defensa ha negociado con Pakistán y Emiratos que nos dejen pasar.


"Un auténtico quebradero de cabeza”. “El mayor desafío” del Ministerio. Así definen la retirada altos cargos de Defensa que trabajan en el diseño de los planes de retirada, a los que ha tenido acceso El Confidencial Digital.

La operación tiene perfiles extremos que la complican, como:
-El elevado coste económico: entre 30 y 80 millones de euros.
-Problemas de seguridad: hay que cruzar Afganistán atravesando zonas con amplia presencia talibán.
-Las reticencias de Pakistán, que se resiste a permitir el paso de las columnas españolas hacia los puertos del país. Se sigue negociando y se cree que al final dará visto bueno.
-La necesidad de salir “todos juntos” (las fuerzas de todos los países desplegados), de forma que nadie quede rezagado y por tanto sin protección suficiente. Ello amenaza con saturar aeropuertos y puertos marítimos de la región.

De 80 millones a 30 millones
Según la información de que dispone ECD, de fuentes del ministerio de Defensa, en un principio se barajó la posibilidad de sacar por vía aérea el material militar que España tiene desplegado en Afganistán. Sin embargo, la operación resulta complicada y, sobre todo, muy costosa. Las últimas estimaciones que ha hecho Defensa cifran el coste en torno a 80 millones de euros. Muy por encima de los “en torno a 30 millones como mínimo” que costaría el traslado por tierra. La opción ‘barata’ es trasladar por tierra el material bélico y técnico hasta el puerto de Karachi, al sur de Pakistán, y allí embarcarlo hasta España.

Acuerdos con Pakistán y Emiratos
Pakistán, que en principio “se muestra reacio” a permitir semejante operación logística a través de su territorio, va dando muestras de acercamiento. Funcionarios de Defensa continúan negociando acuerdos con las autoridades militares de Islamabad. Con tiempo, se negoció también con Emiratos Árabes Unidos (EAU) el permiso para transitar por ese país, como alternativa a Pakistán. Se trata de una opción más cara porque habría trasladar el material por el aire, y de allí a España por mar, aunque menos peligrosa. Se desechan, en un principio, otras opciones como el paso por Azerbaiyán o Turquía. 
 
Las autoridades de emiratos no ponen pegas al proyecto, según explican desde Defensa a El Confidencial Digital., pero plantea también un problema de saturación de vuelos que se produciría en aeropuertos como el de Herat, el más cercano a las tropas españolas, con una infraestructura “insuficiente” para una operación de esta envergadura. En cualquier caso, no todo el material desplegado en Afganistán por las tropas españolas durante esta década se transportará. En Defensa se ha decidido la cesión, en su caso ‘abandono’ de materiales demasiado pesados y ya amortizados, cuyo coste de traslado sería más elevado que lo que ahora valen.

1.500 kilómetros por territorio hostil
Viajar desde Badghis –la provincia de responsabilidad española- hasta el puerto pakistaní de Karachi supone recorrer, en convoy, 1.500 kilómetros por carreteras en mal estado. El camino más rápido que maneja Defensa supondría entrar en Pakistán a través de la provincia de Helmand, al sur de Afganistán. Sin embargo, “podría ser una pesadilla tener que atravesar Helmand” aseguran a ECD fuentes militares.

Este territorio es el más peligroso e inestable de Afganistán. Allí es donde se encuentra la base de Camp Bastión, recientemente atacada por los talibán mediante una compleja y ambiciosa operación coordinada, en la que se infiltraron y lograron asesinar a dos militares de la OTAN y destrozar seis aviones Harrier. El Confidencial Digital ha tenido acceso a los registros de ataques acontecidos en Afganistán durante el último mes. Helmand registró 231 ataques, la que más. Badghis, en comparación, sólo 36. “Aquello es un avispero”, sentencian fuentes militares. Las mismas fuentes recuerdan que, aunque que se consiga establecer una ruta que no atraviese Helmand, tampoco será fácil evitar que el convoy de retirada se convierta en objetivo de la insurgencia.

Que nadie quede atrás
Según ha sabido ECD, España está esperando a que el Pentágono termine un estudio sobre los planes de retirada, que se hará público previsiblemente antes de final de año En ese documento quedarán recogidos los pasos a seguir para una retirada eficaz, partiendo de una premisa básica y esencial: que nadie se quede atrás Según funcionarios de Defensa, la retirada de las tropas y los materiales destinados a la misión ha de hacerse respetando una “coordinación milimétrica”. Que nadie se adelante, ya que la salida de tropas de una provincia puede provocar la llegada masiva de combatientes islámicos a la provincia vecina, donde aun se encuentren soldados de la OTAN.

La situación se complicaría aún más en caso de que algunos socios decidieran adelantar su salida de Afganistán, como ya han dejado caer Francia y Australia. Una decisión así precipitaría los planes de retirada del resto de socios de la misión, incluida España A día de hoy, está prevista la retirada de un 10 por ciento de los 1.550 militares españoles en el año 2012. El porcentaje subirá hasta el 40 en 2013, y el 50 por ciento restante abandonará suelo afgano en 2014, año límite de la misión impuesto por la OTAN durante la última cumbre de Chicago.
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