Fusión EADS-BAE Systems: ventajas, inconvenientes y predicciones.


La anunciada fusión entre BAE Systems y EADS crearía el mayor gigante de defensa a nivel mundial, lo que ha venido a salpicar el plácido panorama industrial del sector europeo de los últimos años. No solo será la mayor empresa de defensa en el mundo, sino también la aeronáutica con mayor facturación y, además, congregará en sus filiales y divisiones más del 70 por ciento de la capacidad industrial de defensa europea, lo que puede calificarse como la decisión de consolidación más importante de la historia del sector industrial ligada a la defensa. Como toda decisión de este tipo, el resultado de este nuevo macrogigante de 90 billones de dólares de facturación, tiene ventajas y, obviamente, inconvenientes. La primera ventaja, esencial, para comprender su razón esencial es la generación de una mayor competitividad ante un entorno fuertemente restrictivo. Durante décadas hemos venido sosteniendo que la fragmentación de la oferta y la demanda era y es el principal problema de la defensa europea, la cual puede resolverse por la oferta o la demanda. 

En este caso se ha optado por la vía de oferta, que sin duda obligará a los países a consolidar su demanda si no quieren que nuestra defensa quedé en manos de los ejecutivos de la compañía.
La segunda ventaja ligada a la anterior es que, una vez que la consolidación real de las compañías sea un éxito, se habrán eliminado un número considerable de duplicidades, especialmente en los campos aeronáutico y de misiles. La nueva empresa no va a ser sólo la primera a nivel mundial, con una facturación de bienes y servicios de defensa de 46 billones de dólares, si no que será la segunda de Estados Unidos únicamente superada por Lockheed Martin, lo que supone un vuelco drástico en las relaciones transatlánticas. Si pasamos al lado oscuro de la  decisión, sin duda se van a generar efectos colaterales nada positivos. Como señalaba, la empresa va a agrupar el 70 por ciento de la capacidad de defensa europea y casi el 100 en aviación militar; misiles; y nuclear, lo que dejará a los fragmentados y enanizados presupuestos de defensa con escasa capacidad de negociación frente al gigante.

La empresa mantendrá dos grandes pilares: la aviación comercial que bajo la marca Airbus tendrá su sede en Toulouse y que supondrá como un 50 por ciento de las actividades del nuevo grupo; y la defensa, que tendrá su sede en el Reino Unido, ya que BAE Systems es ante todo una empresa de defensa. Esto significa que el centro de decisiones industrial de la Europa de la defensa estará en un país euroescéptico, fuera del euro y con profundas conexiones con Estados Unidos. Este hecho va a suponer, a mi juicio, un hito fundamental en el futuro de la defensa occidental. En el proceso de consolidación será necesario agrupar muchas capacidades duplicadas, lo que originará necesariamente una reducción muy importante del empleo de ambas compañías, que en una primera aproximación podría llegar al 15 por ciento del total. En cuanto al capítulo de predicciones, tengo serias dudas de que este proceso sea viable, al menos en el contexto actual de ambas compañías, especialmente de EADS. En primer lugar, tengo serias dudas de que las autoridades norteamericanas aprueben la fusión, especialmente si los gobiernos europeos mantienen su participación accionarial. 

Esta fusión sólo tendrá éxito si los gobiernos deciden sacar a bolsa o buscar inversiones institucionales privadas para sus paquetes accionariales. Es muy posible que Estados Unidos transija con las acciones de oro por razones estratégicas, que solo podrían afectar a las capacidades nucleares y a  algunos proyectos de I+D financiados estatalmente. Si a este golpe se unen los futuros recortes en el presupuesto de Defensa americano, con la salida de Irak y Afganistán, la industria norteamericana debe reaccionar y puede optar por dos vías. Una mayor consolidación a nivel nacional, que podría envolver a Raytheon y Northrop Grumman y fusionarse con General Dynamics o Lockheed Martin; o  incluso que Boeing optara por una solución a la europea y adquiriera uno de los gigantes norteamericanos. La otra posibilidad, que a mi juicio puede resultar más obvia, sería tomar una participación en Europa, para la cual Finmecanica representaría una alternativa más clara.

España en todo este proceso va a quedar diluida. Por una parte, su peso va a ser residual y si sale el Gobierno del accionariado, nula. La capacidad de influencia en las decisiones de la compañía con un presupuesto liquidado va a ser cero, por lo que el impacto industrial en España será muy negativo, por lo menos a corto plazo, hasta que se reordenen las capacidades y se decida si Airbus Military cuelga de París o Londres. Para el resto del sector europeo, la situación puede ser calamitosa. El otro gigante de la industria europea, Thales, es el principal perjudicado de esta decisión y debe adoptar rápidamente una estrategia de consolidación nacional, que podría ser con Safran, o internacional, con Finmecannica. Para las empresas españoles restantes, Indra y Navantia, la situación en su mercado de defensa se va a tornar muy complicada y deberán adoptar decisiones muy estratégicas, a las que la situación presupuestaria no va a ayudar.

Fuente: http://www.defensa.com/

Comentarios