El rompecabezas del repliegue.

En el almacén de abastecimiento de la base española Ruy González de Clavijo en Qala i Naw se puede encontrar una caja de cambios de un vehículo RG31, un asiento de un Lince o una caja de botellas de agua destilada comprada a empresarios locales. Es casi un "Leroy Merlin", bromea la sargento Montañana, cuando se le pregunta cómo consigue que todo esté en su sitio. En su interior, igual que sucede al recorrer los talleres, el polvorín o los depósitos de combustible, se comprende la complejidad de la logística de una misión en la que se gastan unos 10.000 litros de combustible y más de 5.000 litros de agua embotellada al día. 

Y surge una pregunta obvia, ¿cómo nos vamos a llevar esto de aquí?
La respuesta no es sencilla, porque aún falta por aprobar la manera en la que se van a transportar a España los materiales y, más importante aún, qué es lo que se va a llevar y qué es lo que se va a dejar en Afganistán. Está previsto, dentro del plan de repliegue de las tropas españolas que se completará a finales de 2014, tras la salida este año de un 10% del contingente y del 40% en 2013, que España deje progresivamente la base de Qala i Naw en el último trimestre del año que viene. 

Se traerá "todo el material militar"
Una delegación de altos mandos españoles expertos en logística estuvo en Afganistán hace dos meses, para estudiar tanto las vías de salida como el material que se va a traer a España. Todo el armamento y la flota de vehículos, entre ellos los casi doscientos que suman entre los RG 31 y los Lince, así como los tres helicópteros Chinook de transporte y los tres Superpuma de evacuación médica, de las unidades desplegadas en Herat, volverán a España. La vida útil que tenga la maquinaria restante determinará si su repatriación merece la pena o no, como es el caso de los grupos electrógenos, de los que muchos se utilizaron en la misión de Kosovo, que se entregarán al Ejército Nacional Afgano (ANA).

Otras infraestructuras logísticas y de mantenimiento, como los puentes grúa de los talleres, que "ya los quisieran en algunas unidades en España", según un militar que trabaja en uno de ellos, tienen un problema: deberían instalarse en talleres con las mismas dimensiones que los de Qala i Naw, para los que se construyeron. Por eso, como todavía no se ha concretado qué se va a traer y qué no, el número de contenedores necesarios para el traslado de todo el material varía entre 300 y 500. Según a quien preguntes.

Lo que no está claro aún es qué se va a hacer con la base de Qala I Naw. Los puestos avanzados de Muqur y Ludina podrían ser utilizados como bases para el Ejército Nacional Afgano , pero la base Ruy González de Clavijo está al lado de la base de la III Brigada del ANA, que cuenta con instalaciones suficientes para su tamaño. Uno de los planes del gobernador de Badghis es utilizar los terrenos para construir una universidad, aspiración que extraña a los militares españoles, teniendo en cuenta que el grado de alfabetización de la provincia no llega al 30% y muchos niños no pueden acceder a la educación primaria.

Varias vías de salida, costes diferentes

Defensa prefiere la mayor parte posible del traslado del material a España se haga en barcos. Por eso, la opción preferida por el Mando de Operaciones, y la menos costosa, era el traslado en convoyes desde Herat hasta el puerto de Karachi, en Pakistán, donde los contenedores embarcarían para continuar el viaje por vía marítima. Esta opción parece ahora casi descartada, porque, según explica un militar español destinado en el mando oeste de ISAF, RC West, en Herat, "no se puede contar con Pakistán para sacar nada por Karachi". A pesar de que Pakistán reabrió las fronteras con Afganistán en julio, la amenaza de explosivos improvisados, IEDs por sus siglas en inglés, y de ataques durante los casi 1.500 kilómetros de viaje, en los que hay que cruzar el paso fronterizo de Chaman y la ciudad paquistaní de Quetta, uno de los nidos de los talibanes, desaconsejan esta opción. A ello se suma el embotellamiento que puede producirse en el puerto y que la ciudad es una de las más inseguras de Pakistán.

La siguiente opción es el traslado de los contenedores en avión desde la base de Herat hasta el de puerto de Antalya o el de Mersin, ambos en Turquía y con una importante capacidad logística, o a los de Abu Dhabi o Dubai, en los Emiratos Árabes. La rapidez y la seguridad son las ventajas de esta opción, que supone unos costes más elevados. Además, hay que tener en cuenta que las aeronaves no pueden cruzar el espacio aéreo de Irán, lo que incrementará las horas de vuelo necesarias para transportar un material con una documentación específica que tiene que remitirse con anterioridad a los países que se van a sobrevolar. 

Como alternativa al peligro de la ruta por carretera hacia Pakistán y a los costes del transporte aéreo, se han estudiado otras opciones, que combinan transportes por diferentes vías. Entre ellas, el viaje en convoyes hasta Turghundi, al norte de Herat, una ciudad afgana fronteriza con Turkmenistán en la que los contenedores pueden continuar su viaje en ferrocarril. Es otra de las opciones "baratas", porque sólo conllevaría un viaje de unos 120 kilómetros por carretera desde la base de Herat. Y es la que Italia está utilizando, atravesando las repúblicas ex soviéticas de Turkmenistán, Uzbekistán y Kazajistán, para trasladar los carros y los vehículos que estaban desplegados en Bala i Murghab.

El Mando de Operaciones cifró entre 30 y 60 millones el coste del repliegue, pero, con tantas opciones diferentes, fijar una cifra es aventurarse, aunque sea en una horquilla tan amplia. Un informe del mes de julio del senado de Francia, país que tiene 500 vehículos blindados y unos 1.400 contenedores en Afganistán, explica que el coste del traslado de un contenedor puede variar en más de 50.000 euros, según la modalidad elegida. El traslado aéreo hasta Francia costará, según estas previsiones, entre 33.000 y 58.000 euros; el transporte combinado aéreo/marítimo desde los Emiratos Árabes costará entre 21.000 y 30.000 euros y el transporte por carretera/ferrocarril, a través de Kazajistán, de 11.000 a 16.000 euros. Algo menos, entre 7.000 y 8.000 euros si el ferrocarril cruza a través de Uzbekistán. Lo más barato, el viaje terrestre para embarcar en Karachi: unos 5.000 euros. En cualquier caso, las opciones en las que haya que atravesar varios países requerirán la firma de acuerdos bilaterales en los que se concretará el coste por cruzar su territorio.

La base de Herat se prepara para el repliegue
En todos los casos, España tendrá que trasladar primero hasta Herat todo el material desde la base de Qala i Naw. Los aviones Hércules podrían transportar algunos objetos en palés, pero la mayoría del material se llevará por vía terrestre en convoyes, en un viaje de unos 150 kilómetros en el que hay que superar el paso Sabzak, un puerto de montaña de 2.500 metros de altura en el que, a principios de septiembre de 2009, las tropas españolas se enfrentaron a los insurgentes durante dos días, causando trece bajas enemigas. Ahora, según explican altos mandos del contingente español, la situación está "controlada" y no se prevé que haya problemas en el paso.

España tiene en la base de Herat 204 contenedores (conocidos como "corimecs") en los que se pueden alojar 1.346 militares, con una ocupación actual del 47%. Para aumentar su capacidad, la base ha completado la transferencia e instalación de 36 "corimecs" de Camp Stone, una base a unos 20 kilómetros al sur de Herat en la que España tenía, desde 2007, varios equipos de entrenamiento que se replegaron a finales del mes de junio. Además, se han acondicionamiento unos talleres para el desmontaje de vehículos, facilitando así su traslado, y están previstas unas obras para aumentar la capacidad de almacenaje de combustible, trabajos que tardarán unos cuatro meses en llevarse a cabo.

La retirada de Italia de Bala i Murghab, una experiencia para España
La retirada de los casi 450 militares italianos de la FOB Columbus, en Bala i Murghab, del que se ha hecho cargo el Ejército afgano, servirá de experiencia para el repliegue progresivo de España, a la vez que complica la situación en el norte de la provincia de Badghis, porque Italia se va sin cumplir su compromiso de protección de los trabajos de "gravelado" de la Ruta Lithium desde Bala Murghab hasta Mangan. El jefe de Estado Mayor del Ejército italiano, general Claudio Graziano, visitó el viernes pasado a las tropas italianas en Herat y puso como ejemplo de buen trabajo el aumento de la seguridad en Bala i Murghab. Olvidó decir que, a pesar de que el ANA ha asumido el control de la base Columbus, Bala i Murghab es el único distrito de la provincia que no está incluido todavía en la fase de transición a las fuerzas afganas, de las que ya hay en marcha tres fases de las cinco previstas.

El contingente español ha apoyado durante las últimas semanas el repliegue italiano, acogiendo, el martes 28 de agosto, los 160 vehículos y camiones que llegaron a la base de Qala i Naw, en una escala de un viaje de casi 300 kilómetros que concluyó el fin de semana en la base de Herat. Fue en una de estas operaciones de apoyo al repliegue, el pasado 17 de agosto, cuando dos IED estallaron al paso de unos vehículos españoles en las cercanías de Mangan, precisamente en la zona en la que España e Italia se comprometieron a "encontrarse", protegiendo, España desde el sur, Italia desde el norte, las obras de la empresa turca que está acondicionando la ruta Lithium. 

El próximo día 9 saldrán los últimos militares italianos que han integrado las "task forces" italianas en Bala Murghab, en vuelos desde Herat. Hasta entonces, podrán cenar pizza o pasta y beber una cerveza en alguno de los cuatro restaurantes italianos de la base. Mientras, los militares españoles de la 11º compañía de la III Bandera de la BRIPAC, destacados en Ludina, hacen turnos de 48 horas en puestos de vigilancia excavados en la ruta Lithium, comiendo raciones de campaña, durmiendo en el suelo, o en literas de lona en el mejor de los casos y utilizando bolsas de plástico para hacer sus necesidades.

Fuente: http://www.revistatenea.es/

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