El Ejército se queda sin soldados.

Defensa, por primera vez, no convoca plazas para tropa y marinería por los recortes en. personal. Se ha pasado de 5.000 soldados alistados en el 2008 a reducir a cero la oferta .

«Con mejores condiciones laborales y materiales hoy las Fuerzas Armadas ofrecen un futuro profesional a quienes se integran en ellas». El cacareado eslogan del Ministerio de Defensa entró en las casas de todos los ciudadanos como una novedosa oferta de empleo. «Alístate», bendecían los anuncios de televisión, radio y prensa, y los grandes carteles que colgaban de las paradas de autobuses de todas las ciudades.

La fotografía no es tan antigua, es de hace apenas cuatro años. Corría el 2008 cuando estas intensas campañas, en las que Defensa llegó a invertir 12 millones de euros anuales, y la presencia de unidades móviles del Ejército de Tierra en las principales plazas del país para que varios soldados informaban de los beneficios del alistamiento, formaban parte del paisaje laboral antes de los primeros signos de la crisis. Una atractiva oferta de empleo que no pasó desapercibida para miles de jóvenes de entre 18 y 27 años, que dejaron sus estudios para buscar emociones fuertes, seguridad laboral y un sueldo fijo bajo el paraguas de la disciplina militar. Aquel año, el Ejército ofreció 5.000 plazas para tropa y marinería y en el 2009 mantuvo 4.000. Todas se cubrieron.

En lo más alto
Este reclutamiento supuso que a principios del 2010 las Fuerzas Armadas alcanzaron más de 86.600 efectivos, el número más alto de soldados desde que se profesionalizó el Ejército en el 2001. Esta próspera situación de los uniformados no se compadecía con la realidad económica y laboral del país, ya que mientras el sector privado comenzaba a destruir empleo la oferta pública en las Fuerzas Armadas seguía más viva que nunca. El ardor guerrero de los españoles no paraba de crecer.

La inflexión, sin embargo, llegó en el 2010. Defensa pasó de tener cinco plazas por aspirante en época de vacas gordas, cuando el reclutamiento era un problema por la escasa demanda, a cinco aspirantes por plaza con el estallido de la crisis. Otra vez el reclutamiento se convertía en un problema, esta vez por exceso de demanda. La caída del 7,7% del presupuesto de Defensa para el 2011 tocó de llenó el gasto de personal. Se perdieron unos 2.000 efectivos tras reducir el tope legal a 83.000 soldados y marineros. Las plazas para reclutas apenas alcanzaron 260 frente a las 4.000 del 2009. En línea con la política de ajuste instaurada por el Gobierno de Zapatero al final de su legislatura, el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha continuado con el adelgazamiento de los efectivos.

La supresión generalizada de la convocatoria de plazas públicas de empleo por parte del Gobierno también llegó a las Fuerzas Armadas. Para el 2012 no hay ningún proceso de selección abierto para tropa y marinería. Los últimos reclutas en incorporarse lo hicieron en enero. «Economía de guerra». Que la tasa de reposición sea cero es un hecho inédito desde la desaparición del servicio militar obligatorio en marzo del 2001. Y ello se explica por la «economía de guerra» que vive Defensa, con la mayor caída porcentual del presupuesto, 8,8%, unos 613 millones este año, que se recuerda.

Fuente: http://www.fuerzas-armadas.es

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