La Justicia Militar cuestiona la versión oficial de Bono y reabre el 'caso Cougar'.

 
En agosto de 2005, 17 militares españoles que viabajan en un helicóptero Cougar fallecieron en Afganistán en extrañas circunstancias. Siete años después, el caso Cougar sigue abierto. El Tribunal Militar Territorial Primero acaba de estimar parcialmente los recursos de apelación interpuestos por varias víctimas contra la polémica decisión de archivar el asunto. En un auto fechado el pasado 27 de febrero al que ha accedido LA GACETA, los jueces togados deciden que se practiquen dos nuevas diligencias. Se trata de recabar los testimonios de cuatro afganos que presenciaron el siniestro y de un agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
 
Especialmente determinante para esta compleja causa puede ser el testimonio de los cuatro afganos, en caso de que pueda conseguirse, dado que ellos son los únicos testigos presenciales de la tragedia. No obstante, la declaración de estos individuos es complicada, a tenor de que ya se intentó en el pasado sin éxito. Respecto a la declaración del coronel del CNI, el auto que obra en poder de este diario demuestra que se trata de un testimonio también clave. Y es que este agente es la única persona que habló con los cuatro niños afganos que presenciaron el siniestro. Siendo tan importante su palabra, en su momento el coronel declaró oculto tras un biombo. 
   
Hace algo más de un año, en febrero de 2011, el juez togado militar territorial número 11, que instruía el caso, dictó un auto de archivo sin responsabilidad alguna. En aquella resolución, se descartaba por completo que el helicóptero hubiera sido atacado por talibanes, según varios argumentos presentes en dos informes elaborados sobre el suceso. Ante esta resolución, que no era la primera en ese sentido (el caso ya se archivó en junio de 2008), dos partes personadas en la causa presentaron sus correspondientes recursos de apelación. Los autores del primero de los recursos son los familiares de los soldados Diego Prado López, Pablo Iglesias Sánchez e Iván Vázquez Niñez, todos ellos fallecidos aquel 16 de agosto de 2005 de terrible e hiriente recuerdo. El otro de los recursos fue interpuesto por la familia del capitán David Guitard Fernández, que pilotaba el aparato e, igualmente, falleció. 
   
Casi 12 meses después de que los recursos llegasen, ahora el citado Tribunal Militar Territorial Primero, compuesto por José Manuel Martín Carmona, Miguel Ayuso Torres y Miguel Rodríguez de Paterna, resuelve “estimar parcialmente los recursos de apelación interpuestos contra el auto de archivo dictado por el Ilmo. Sr. Juez Togado nº 11 de Madrid, auto que revocamos con retroacción de las actuaciones y devolución al juzgado para que lleve a cabo las diligencias de investigación que se señalan en los razonamientos jurídicos XXIV y XXXI del presente en los términos en ellos indicados”. La resolución cuenta con un voto particular, emitido por Miguel Rodríguez de Paterna, quien considera que los recursos de apelación presentados por las familias de los fallecidos deberían haber sido desestimados. Este juez togado opina que escuchar a los cuatro afganos no es necesario ya porque “las primeras impresiones de estos testigos las tenemos por lo que cuentan los que las oyeron de ellos”.

Dos versiones 
La tesis del instructor que archivó el caso hace un año es exactamente la misma que siempre defendió José Bono, que era ministro de Defensa cuando se produjo la tragedia. Para él, se trataba de un “accidente” sin género de dudas. Igual opinión mantenía Félix Sánz Roldán, Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) en el momento del siniestro y hoy director del CNI. Sin embargo, durante años, varios familiares de los soldados caídos han insistido en que el helicóptero sí cayó tras un ataque de los terroristas. Ahora, la reapertura parcial del caso alienta las esperanzas de estos familiares que, como siempre han afirmado a Intereconomía TV, están empeñados en conocer la verdad.

Imposible cerrarlo sin las declaraciones de los únicos testigos presenciales
El capitán David Guitard no cumplió con sus obligaciones. En su Cuerpo, creen que fue derribado por un RPG de los talibanes. Los familiares tienen derecho a una investigación imparcial, no sometida a criterios políticos. Por eso, Intereconomía TV hizo analizar por expertos en accidentes de helicóptero la disposición de los restos del Cougar en el suelo (en forma de delta). Signo inequívoco de que recibió un impulso en su parte posterior. Defensa sostiene que el rotor trasero del aparato chocó por ‘pérdidas’ contra la pared de una montaña. Sin embargo, el capitán del otro aparato –a pesar de que lo perdió de su visual– afirma haber visto humo y un resplandor naranja, cosa que en los escenarios bélicos es sinónimo de haber sido alcanzado por una granada. Los testigos son claves para que este asunto no se cierre con el mismo interés que perseguía José Bono: “Las tropas españolas no fueron enviadas a una guerra”.
 
Fuente: http://www.intereconomia.com

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