La intervención en Irán se producirá en 2012.

 
La intervención de EEUU e Israel en Irán se producirá antes de terminar el año 2012, señala hoy el diario Kommersant que se edita en Moscú. El rotativo se remite a la charla con un alto funcionario del Ministerio de Exteriores de Rusia. Este reveló, prefiriendo quedarse en el anonimato, el contenido de las conversaciones mantenidas en Nueva York entre la secretaria de Estado de EEUU y el titular de Exteriores de Rusia. Según el diplomático, Hillary Clinton pidió a Serguei Lavrov que advirtiera a las autoridades iraníes que las conversaciones de Teherán con el sexteto de mediadores, fijadas para abril, es la última posibilidad para Irán de evitar una guerra.


“La invasión se producirá antes de terminar el año. Los israelíes, en el fondo, chantajean a Obama. Ora apoyará la guerra, ora perderá el apoyo (del influyente grupo de presión judío)”, cita el diario al funcionario del Ministerio de Exteriores. Al referirse a la probabilidad de asestar un golpe a Irán, los diplomáticos, incluidos los rusos, no tratan de adivinar más si habrá o no un golpe, sino intentan intuir cuándo será asestado, constata el órgano de prensa. 
Como señalan los expertos en Moscú, el escenario pesimista se torna cada vez más realista. 

Vadímir Yevséev, director del Centro de Investigaciones Sociopolíticas, opina al respecto: 
–A juzgar por todo, Occidente da a Irán tiempo hasta fines de año para obligar a Teherán por un método diplomático, mediante conversaciones, a que acceda a un compromiso respecto a su programa nuclear. ¿Por qué hasta finales de año? Porque en noviembre en EEUU tendrán lugar las elecciones presidenciales y el actual Presidente Barack Obama se prepara para quedarse en la Casa Blanca. Y antes de esto no necesita en absoluto una guerra más en el Oriente Medio. Pero, en diciembre, ¿por qué no librarla? Con más razón porque la causa seguirá siendo, lo más probable, la misma: la intransigencia de Teherán en cuanto a la cuestión nuclear y su rápido avance hacia la creación de arma nuclear. Y en cuanto a un pretexto formal para desatar la guerra, es fácil hallarlo. 

Todavía es posible evitar el peor desarrollo de los acontecimientos: los propios estadounidenses hablan de las conversaciones con Teherán en abril como de la “última posibilidad”. Sin embargo, toda la experiencia de diálogo con Irán en la última década no permite pensar en un desenlace optimista. La dirigencia iraní, en primer lugar a raíz de las causas políticas internas, no está dispuesta a hacer concesiones en lo tocante a su programa nuclear. Al siguiente año en Irán también habrá elecciones presidenciales. Y cualquier político de Teherán que “entregue” a Occidente el programa nuclear nacional, quedará al margen de la carrera presidencial. En EEUU, sin lugar a dudas, tienen presente esta circunstancia. Y exigiendo justo ahora concesiones inmediatas de los iraníes, Washington, de hecho, no les deja opción alguna. 

Pero, ¿por qué la administración de Obama decidió poner a Teherán ante la tan dura alternativa? La respuesta está a la vista: las elecciones, pero no en Irán sino en EEUU. Obama debe “quebrantar” Teherán antes del otoño por vía diplomática y apuntarlo como su victoria, o bien patentizar su decisión de ir hasta el fin. Por el momento ninguna de las partes se propone ceder, quiere decir que el escenario militar es bien probable. Sin embargo, Irán no es Libia ni siquiera Irak. En sentido militar y en cuanto a la consolidación, los iraníes son mucho más fuertes. Además, Irán no solo tiene posibilidades de batirse con abnegación en su territorio, sino también de propinar contragolpes a bases norteamericanas en la región y a los aliados de EEUU. Israel, lógicamente, incluido.

Fuente: http://spanish.ruvr.ru

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