Sistema para detectar suicidas con bombas adosadas.



El Ejército de Tierra estadounidense ha contratado con la empresa Science, Engineering and Technology Corporation, SET, un sistema, denominado CounterBomber, que detecta suicidas con bombas adosadas cuando se acercan a los controles de acceso de las bases, a una distancia de más 100 m, por un valor de 48 millones de dólares.

La empresa SET había suministrado el sistema en más de 40 bases en Irak y Afganistán, para la Fuerza Aérea y los "marines", pero el Ejército ha esperado a tener información sobre el sistema de los otros ejércitos, antes de adquirirlo. En la base aérea de Bagram, la Fuerza Aérea lo utiliza para escanear a casi 1.000 personas diariamente.

El sistema consta de dos cámaras de video, ópticas o infrarrojas, que siguen automáticamente al objetivo a la distancia que se haya marcado, entre 45 m (50 yardas) y 137 m (150 yardas), a la vez que un radar de baja potencia se apunta al objetivo. A los objetivos se les pide que se acerquen y alejen del equipo. Las señales reflejadas se analizan para descubrir señales de armas o bombas ocultas por la ropa.

El software compara las señales reflejadas con una base de "respuestas normales", obtenidas de personas de todos tipos de formas y alturas. Y después, las compara con otra base de datos de "respuestas anormales"; en caso de que haya una respuesta anormal, salta una alarma, con sonido y con una señal roja. Si no encuentra nada, el sistema muestra una señal verde y la señal sonora es agradable.

Una vez valorada automáticamente la amenaza, CounterBomber apoya al equipo de reacción transmitiendo imágenes o vídeos de la amenaza a un equipo portátil, como una PDA, que lleve el equipo de reacción. De esta forma, la búsqueda de posibles suicidas se realiza a una distancia segura del control de accesos a la base.

El sistema no presenta una imagen de la persona que es observado por el radar, respetando la privacidad de las personas y su precisión es mucho mayor que la de los escáneres de los aeropuertos, que tienen una proporción de falsas alarmas del 40%.

El retraso en la adquisición de este equipo por parte del Ejército, frente a los "marines" y la Fuerza Aérea, llevó a que un congresista preguntase, en marzo, al Jefe de Estado Mayor del Ejército las razones del retraso, ya que el sistema había sido sometido a muchas pruebas en 2009, no habiendo obtenido una respuesta del mismo; posteriormente, un portavoz del Ejército indicó que el Ejército no había adquirido hasta hacía poco tiempo un equipo, que desplegarían en julio en Afganistán y que había utilizado otros sistemas de detección de armas. El coste de cada sistema CounterBomber es de unos 300.000 dólares.

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