Los misiles Brimstone británicos, objeto del deseo de estadounidenses y franceses.


EEUU y Francia quieren equipar sus aviones de combate con los misiles británicos Brimstone, utilizados con gran éxito en las operaciones en Libia en los dos últimos meses.

El Brimstone se desarrolló inicialmente como una versión actualizada del misil estadounidense Hellfire, desarrollado por Boeing, para satisfacer los requisitos de la Fuerza Aérea británica de un misil contra carro de largo alcance, requisitos derivados de la evaluación de la actuación británica en la primera guerra del golfo. Por lo que al principio iba a ser como dicho misil con un buscador británico (radar de ondas milimétricas) y configurado para ser lanzado desde avión y no sólo desde helicópteros o vehículos aéreos no tripulados. Actualmente sólo tiene del Hellfire la forma general y el peso (48,5 kg).

El Brimstone es un misil "dispara y olvida", en el que se cargan los datos del objetivo por el oficial de sistemas de armas antes del lanzamiento. Es programable en función de las necesidades de cada misión, incluyendo la capacidad para localizar objetivos en una cierta área y autodestruirse si es incapaz de localizar al objetivo en el área designada. Tiene una carga en doble hueca en doble tándem, que emplea una carga inicial más pequeña para iniciar el blindaje reactivo, seguida por una carga mayor con mayor capacidad de destrucción, diseñada para penetrar el blindaje.

Hace tres años, Reino Unido añadió un buscador doble (radar y láser) al misil lo que le permite, además de buscar el objetivo, determinar el lugar del impacto para causar el máximo daño y, dado que un avión puede llevar veinticuatro misiles, el sistema de localización de objetivos requiere un algoritmo para asegurar que los misiles impacten en sus objetivos de forma escalonada y no simultáneamente sobre el mismo objetivo.

En los Tornado, un lanzador especial con tres misiles Brimstone se fija a uno de los puntos de anclaje del avión, y el lanzador también puede utilizarse en el Eurofighter.

El Brimstone no había podido confirmar su eficacia hasta su empleo en Afganistán y Libia, siendo su rendimiento particularmente impresionante, por lo que ha conseguido atraer el interés estadounidense y francés para utilizarlo por su efectividad contra vehículos.

Como efecto secundario, su éxito está provocando su fracaso. Han tenido tanto éxito en Libia, que la Fuerza Aérea británica está quedándose sin misiles, no porque las reservas se están acabando, sino porque si la operación en Libia continua durante varios meses, Reino Unido tendrá que adquirir nuevos misiles para mantener su reserva de guerra de misiles Brimstone.

Fuente : http://www.revistatenea.es/

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