Estados Unidos ha convertido sus viejos cazas F-16 en Terminators sin piloto.


El F-16 Fighting Falcon es el caza de combate más extendido en el mundo actual. Lleva fabricándose sin interrupción desde hace cuatro décadas, y mas de 25 países confían hoy en las capacidades de combate de este caza de cuarta generación, capaces incluso de sonrojar al modernísimo F-35 Lightning II. 

Es tan versátil y configurable que hace cuatro años se convirtió en el primer caza moderno manejable por control remoto (¿para qué quieres un simulador si puedes entrenar a tus pilotos en tierra con aviones reales en el aire?), y hace unos meses se graduó como caza autónomo, sin intervencion humana, aunque sólo fuese para servir como objetivo de pruebas de armas más modernas. Uno capaz de esquivar misiles: 

Cuando tu escolta es un Terminator con alas 
Esta semana, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha revelado que tienen otro uso para sus viejos Fighting Falcon: convertirlos en guardianes-robot de los pilotos humanos. Durante dos semanas de pruebas en la Base Edwards, a unos 125 kilómetros de Los Angeles, los F-16 autónomos han demostrado que sirven para proteger de manera independiente a los F-35 (con piloto humano) que les acompañaban. Un equipo piloto-máquina/máquina-máquina cuyas posibilidades asustan un poco. Y así empezaron los QF-16: como dianas voladoras para los suyos. 

Porque estos F-16 robóticos no sólo fueron capaces de ejecutar ataques aire-tierra planeados de antemano y reunirse con sus compañeros, sino de reaccionar sobre la marcha a amenazas imprevistas introducidas a mala leche durante las pruebas. Es decir, no sólo cumplen con lo que les ordenas que hagan, actúan por su cuenta dependiendo de lo que suceda durante una misión. Son capaces de evaluar e interceptar nuevos objetivos con una directiva principal: proteger al piloto humano y su moderno avión. (Jesús.R.G.)

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