Seúl acusa a Corea del Norte del estallido de una mina en la frontera.


La situación en la frontera entre las dos Coreas ha vuelto a tensarse. Seúl ha acusado a Pyongyang de colocar minas en la zona desmilitarizada (DMZ), una de las cuales estalló la semana pasada y dejó gravemente heridos a dos soldados surcoreanos. Las fuerzas militares del país del sur han amenazado con tomar serias represalias. “Condenamos duramente este acto cobarde, que sería impensable de una fuerza militar normal”, ha declarado el general Ku Hong-mo, del Estado Mayor surcoreano, citado por Reuters. Según Ku, hay pruebas de que soldados norcoreanos cruzaron subrepticiamente la frontera para colocar las minas, en lo que calificó de una violación del armisticio que puso fin a la guerra de Corea en 1953. Pyongyang “pagará un precio muy caro”, agregó. 

Los dos soldados heridos formaban parte de una patrulla que llevaba a cabo un rastreo rutinario cerca de la ciudad de Paju, a unos 50 kilómetros al norte de Seúl, el pasado día 4. Uno de ellos perdió una pierna y el segundo sufrió una doble amputación. Esa área ya había sido examinada en busca de minas, según un comunicado del Estado Mayor surcoreano. El tipo de terreno también hacía imposible que se tratara de artefactos antiguos enterrados en otro lugar y que con el tiempo hubieran podido deslizarse hasta allí. Los restos encontrados, aseguran, coinciden con las minas en caja de madera que utiliza el Ejército norcoreano. La frontera coreana es una de las áreas con mayor presencia militar del mundo. Se calcula que en ella, a lo largo de las últimas décadas, se han colocado cerca de un millón de minas, incluidas un buen número lanzadas desde el aire en la década de los 60, en plena Guerra Fría. 

El Mando de Naciones Unidas, que encabeza EE. UU. y que se encarga de vigilar el cumplimiento del armisticio también ha condenado lo que ha calificado de violación de la tregua por parte de Pyongyang y ha asegurado que pedirá una reunión con las autoridades militares del país del norte. El Ministerio de Defensa surcoreano no ha precisado qué tipo de represalias podría tomar. Hasta el momento, Corea del Norte no ha respondido a las acusaciones. El último ataque directo del norte contra el sur ocurrió en 2010, cuando Pyongyang lanzó proyectiles contra la isla surcoreana de Yeongpyeong. Dos civiles y dos soldados murieron en el incidente, que desató el temor de un enfrentamiento directo entre los dos países, que técnicamente aún permanecen en guerra. La explosión y las denuncias surcoreanas llegan a pocos días del 70 aniversario, el próximo sábado, de la rendición japonesa en la II Guerra Mundial y la liberación de la península coreana de la ocupación nipona. (Jesús.R.G.)


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