El Cairo recibirá el armamento que Moscú negó a Damasco y Teherán.


En los medios de comunicación rusos ya había aparecido anteriormente que Egipto estaba dispuesto a comprar las cuatro divisiones de complejos S-300 (24 baterías de lanzamiento de misiles automotrices), que había encargado Siria en 2010 por un valor de 900 millones de dólares. El vice director del Servicio Federal de cooperación en tecnología militar, Konstantín Biriulin, explicó la ruptura del contrato de venta de los sistemas de defensa antiaérea S-300 SAR por las sanciones de ONU. El contrato con Egipto se encuentra en fase de realización. A comienzos de septiembre los medios rusos informaron de que la fábrica de Kírov (San Petersburgo) estaba ensamblando los chasis de gusano para los S-300 de amarillo para sus uso en el desierto. 

Se trata de unos de los mayores contratos de tecnología militar entre Moscú y El Cairo, y más aún en el ámbito de la defensa antiaérea. Con él surgen varias cuestiones en cuanto a las consecuencias que puede tener para la Oriente Próximo. Alexander Jramchijin, vicedirector del Instituto de análisis político y militar, declaró a RBTH: "La alarma de algunos por el rearme de Egipto no está justificada. Esto no significa que este país tenga necesariamente la intención de entrar en guerra con alguien. Egipto tradicionalmente tiene uno de los mayores ejércitos de la región. Hasta ahora esto era un reflejo de sus ambiciones en política exterior como país que pretende liderar el mundo árabe". En opinión de Jramchijin, existe una necesidad objetiva de rearmar al ejército egipcio, ya que "su tecnología militar ha envejecido lo que ha provocado un evidente descenso de su capacidad militar". 

Serguéi Demidenko, experto del Instituto de valoraciones y análisis estratégico, declaró a RBTH que la compra de los complejos de defensa antiaérea a Rusia es un intento por parte de Egipto de mostrar a los Estados Unidos su descontento con la reducción de ayuda militar al país, que se ha reducido por tres. Además, Demidenko considera que un contrato de defensa de este tipo no es especialmente grande para los estándares de la región y no se reflejará en el equilibrio de fuerzas de Oriente Próximo. Este experto recalcó que la llegada a Egipto de los complejos S-300 no supondrá una amenaza para Israel: "Como nos ha demostrado la experiencia de las guerras árabe-israelíes, Egipto, incluso en el periodo más próspero de la cooperación militar con la URSS y cuando contaba con más aliados, no pudo derrotar al ejército israelí. Ahora mismo, retar en solitario a un país importante como Israel o Irán supondría un suicidio". En cuanto a las perspectivas de colaboración militar entre Egipto y Rusia, Demidenko considera que están muy limitadas: "Tras el derrocamiento de MubaraK, El Cairo está prácticamente en bancarrota. 

No tiene medios económicos y paga sus contratos en el extranjero con dinero saudí, que es limitado". Tras la venta de los S-300 podría seguir un contrato para la venta a Egipto de cazas bombarderos MiG-29M/M2, sistemas de defensa antiaérea Thor y Pantsir, misiles antitanque Kornet y helicópteros Mi-17 y Mi-35. Este tipo de armamento puede ser utilizado para diferentes tipos de operaciones militares como, por ejemplo, contra Etiopía que está construyendo una presa en el Nilo Azul. Cuando reciba los aviones MiG-29M/M2, que tienen una autonomía de vuelo suficiente como para alcanzar los diques etíopes, El Cairo tendrá la posibilidad de neutralizar esta amenaza. Los S-300 también podrían ser útiles en caso de que haya ataques de represalia de la Fuerza Aérea etíope y de sus aliados sobre la presa de Asuán. A su vez los helicópteros de ataque Mi-35 pueden convertirse en un medio efectivo para luchar contra los guerrilleros islamistas en la península del Sinaí y en la región Cirenaica en Libia. (Jesús.R.G.)


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