El Kremlin no ve ya posibilidad de arreglo pacífico en Ucrania.

El Kremlin no ve ya posibilidad de arreglo pacífico en Ucrania

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, acaba de declarar que la operación lanzada esta mañana por las tropas ucranianas en la localidad de Slaviansk (región de Donetsk) para reducir a las milicias separatistas allí atrincheradas ha arruinado de manera irreparable la posibilidad de que la crisis en Ucrania se resuelva por medios pacíficos. Según Peskov, “mientras Rusia hace esfuerzos para rebajar la tensión y solucionar el conflicto, el régimen de Kiev ordena a su aviación de combate disparar contra ciudades y pueblos, lanzando una operación punitiva que de hecho ha destruido toda esperanza de viabilidad de los acuerdos alcanzados en Ginebra” el pasado 17 de abril. En aquella reunión participaron Rusia, Estados Unidos, la Unión Europea y Ucrania. El portavoz presidencial recuerda que Putin ha advertido que el uso de la fuerza contra civiles pacíficos en el este de Ucrania sería un crimen y asegura que el máximo dirigente ruso está siendo informado de los acontecimientos en Slaviansk al minuto. 

Peskov señala también que el hasta hace poco Defensor del Pueblo, Vladímir Lukin, fue enviado el jueves a Slaviansk por Putin para tratar de negociar la liberación de los observadores de la OSCE capturados por los sublevados prorrusos, pero se ha perdido el contacto con él. La agencia rusa RIA-Nóvosti informaba poco después del restablecimiento de la comunicación con Lukin, quien está sano y salvo. El Ministerio de Defensa ucraniano ha informado de la pérdida de dos helicópteros en Slaviansk y de la muerte de dos militares. Por su parte, Arsén Avákov, ministro de Interior, afirma en Facebook que “los terroristas emplearon artillería pesada, lanzagranadas y lanzamisiles antiaéreos”. El jueves, el portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Alexánder Lukashévich, dijo que el empleo de la fuerza contra las milicias separatistas que ocupan diversos edificios oficiales en una docena de localidades de las regiones de Donetsk y Lugansk, tendría consecuencias catastróficas. El presidente en funciones de Ucrania, Alexánder Turchínov, reconoció el miércoles que gran parte del este del país está fuera de control y ordenó para recuperarlo la movilización general. Anteayer dispuso también restablecer el servicio militar obligatorio, que fue suprimido hace apenas un año. 

La radio Eco de Moscú sostiene que la organización ultranacionalista ucraniana Pravi Séktor (Sector de Derechas) ha convocado a sus militantes en la ciudad de Dnepropetrovsk para unirse a las unidades encargadas de neutralizar a los insurgentes prorrusos. Putin pidió el jueves a la canciller alemana, Angela Merkel, que influya sobre el Gobierno ucraniano para que retire sus tropas del este de Ucrania. El Kremlin ha solicitado varias veces la desmilitarización por parte de Kiev de las regiones de Donetsk, Lugansk y Járkov, pero no ha hecho el mismo llamamiento a los destacamentos prorrusos ni ha retirado sus propias tropas desplegadas junto a la frontera. Merkel, a su vez, instó a Putin a utilizar su influencia para que las milicias de Slaviansk pongan en libertad a los observadores de la OSCE retenidos. Mientras, el jefe de la Diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, concedía desde Perú, en donde se encuentra de visita oficial, una entrevista al canal ruso “Rossía-24” y calificaba de farsa la propuesta que hizo el miércoles el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, de celebrar un referéndum el 25 de mayo, el mismo día de las elecciones presidenciales, para que la población se pronuncie sobre si el país debe permanecer unido o dar paso a la secesión del este. 

El martes, Yatseniuk sugirió también aprobar una nueva Constitución antes de los comicios que otorgue una mayor autonomía a las regiones. Sin embargo, hagan lo que hagan los nuevos dirigentes de Kiev no logran el beneplácito de Moscú. Lavrov estima incluso que proponer tales cosas es puro cinismo cuando, según el ministro ruso, las fuerzas de seguridad ucranianas actúan contra su propio pueblo. La solución, a juicio de Lavrov, pasa por un diálogo entre Kiev y las regiones del este auspiciado por la OSCE y por la no interferencia de Occidente, dejando que sean los ucranianos lo que decidan su destino. El titular de Exteriores ruso, sin embargo, no cree que haya injerencia por parte de su país. El miércoles, el agregado militar de la Embajada de Rusia en Kiev fue detenido y conminado a abandonar el país bajo la acusación de espionaje. Según el Ministerio de Exteriores ucraniano, el diplomático ruso ha estado tomando parte en la organización de la insurrección prorrusa en Donetsk y Lugansk. 


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