Moldavia cooperará con la OTAN para desplazar a Rusia de la región.

El gobierno de Moldavia tiene planes de renunciar a su neutralidad y autorizar a la OTAN utilizar la infraestructura de su Fuerza Aérea, su territorio, así como ingresar en el bloque atlántico, escribe hoy el diario Nezavisimaya Gazeta. El diputado y exministro de Seguridad de Moldavia, Artur Reshetnikov, dijo al diario ruso que los planes del gobierno moldavo violan el estatuto de neutralidad refrendado en su Constitución y tienen como objetivo reducir la zona de influencia de Rusia en el oriente de Europa. El exprimer ministro de Moldavia y líder del Partido Popular Socialista, Víctor Spepaniuk, confirmó que el ministro de Defensa moldavo, Vitalie Marinitsa, con la autorización del Gobierno, sostuvo conversaciones sobre el asunto con representantes de la OTAN, e incluso admitió que las partes hasta pudieron firmar el acuerdo correspondiente. El Comité de Seguridad de la autoproclamada república de Transnistria, en un comunicado difundido recientemente, informó que como resultado de visitas que funcionarios de alto rango de EEUU y Rumania realizaron a Moldavia a comienzos de diciembre de 2013, el Gobierno moldavo aceptó que en perspectiva Moldavia puede renunciar a su neutralidad y pedir su ingreso en la OTAN.

En las conversaciones también se acordó el suministro de nuevo armamento y equipos para Fuerza Aérea de Moldavia a cambio de que la OTAN pueda crear bases en el territorio moldavo, en particular, utilizar aeródromos en las localidades de Kagul, en el sur y Markuleshti en el norte del país. Según expertos citados por el diario, los planes del gobierno moldavo con la OTAN suponen un factor desestabilizador en la zona donde sigue sin solución el conflicto de Trasnistria, uno de los contenciosos territoriales surgidos tras el derrumbe de la URSS. La desintegración de la Unión Soviética y el temor ante la fusión de Moldavia con la vecina Rumania, a principios de la década del 1990, empujaron a varios distritos de la orilla izquierda del Dniéster, de población mayoritariamente rusa, a crear la llamada República Moldava de Transnistria. Chisinau respondió con el envío de tropas a la entidad secesionista, lo que provocó un conflicto armado que duró varios meses.

Actualmente, el mantenimiento de la paz en la zona del conflicto corre a cargo de un contingente mixto integrado por militares de Rusia, Transnistria, Moldavia y observadores militares de Ucrania.  Moldavia ofrece a Transnistria un amplio grado de autonomía en el seno de un Estado único pero la república rebelde, que tiene incluso la moneda propia, insiste en obtener reconocimiento internacional. Las negociaciones cinco más dos (Moldavia, Transnistria, Rusia, Ucrania, OSCE, así como EEUU y UE como observadores) se vieron atascadas en febrero de 2006 y siguen en suspenso aunque las partes celebran periódicamente consultas del mismo formato. El pasado mes de octubre, el enviado de Moscú para misiones especiales, Serguei Gúbarev, declaró que Rusia podría reconocer la independencia de Transnistria en caso de que Moldavia pierda la soberanía o su neutralidad. “Si Moldavia pierde su soberanía o neutralidad, Rusia se replanteará el derecho de Transnistria a la autodeterminación”, declaró Gúbarev, en una rueda de prensa que se celebró en la capital transnistria, Tiráspol.

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