Los
planes para crear un mercado único entre la UE y EE.UU. permitirán que
las grandes corporaciones demanden a los gobiernos el uso de métodos
secretos sin pasar por los tribunales ni los parlamentos.
Es la opinión del periodista George Monbiot expuesta en su columna en el
diario 'The Guardian'.
La iniciativa de crear el tratado de libre comercio transatlántico,
conocido como la OTAN económica, entre EE.UU. y la UE está progresando.
Ambas partes llevan años preparando estas negociaciones sobre el mayor
acuerdo comercial jamás alcanzado.
Entre
tanto, los ciudadanos que no son conscientes de lo ocurrido en los
círculos políticos y económicos se preguntan '¿por qué no nos
consultan?', enfatiza Monbiot.
Los que negocian el futuro Tratado Transatlántico de Comercio e
Inversiones insisten en que el documento debería incluir un mecanismo
que tendría que solucionar las controversias entre inversionistas y un
estado. Cuando este mismo mecanismo aparecía en otros acuerdos
comerciales permitía a las grandes multinacionales demandar a los
gobiernos ante paneles de arbitraje secretos integrados por abogados
corporativos, que evitan los tribunales nacionales y que anulan la
voluntad de los parlamentos, advierte el periodista.
Ante esta perspectiva existe temor de que al aplicarse el mecanismo eso
amenazaría a cualquier método por el cual los gobiernos podrían tratar
de defender a sus ciudadanos o proteger al mundo entero, subraya el
artículo.
Además, como indica el periodista, aunque el texto de acuerdo comercial
aboga por el crecimiento del empleo y dice que no debilitará la
regulación y los niveles de protección existentes en áreas como la
salud, la seguridad y el medio ambiente, no es así.
Desde
el principio, el tratado de libre comercio transatlántico fue impulsado
por grandes empresas y 'lobbies' que aseguran poder cooperar en el
asunto. Entre tanto, se revela que hasta hoy se han celebrado ocho
reuniones sobre el tema entre grupos de la sociedad civil, y con 119
empresas y sus 'lobbistas'. Sin embargo, a diferencia de las reuniones
habituales, estas se llevaron a cabo a puerta cerrada y no se dio ningún
avance en las negociaciones. Es decir, el alto secretismo es otro punto
que preocupa a los expertos.
En opinión del profesor de Economía Joaquín Arriola, la iniciativa de
crear el tratado de libre comercio transatlántico no es más que un
intento de imponer unas normas de negociación comercial al resto del
mundo. "Básicamente es, por un lado, un esfuerzo por tranquilizar o
transmitir ilusión a la ciudadanía, que está bastante escamada por las
dificultades que están teniendo los gobiernos para resolver la crisis y,
por otro lado, desde el punto de vista del comercio, que es importante
-lo que se persigue y lo que es real- estas negociaciones tienen como
fin imponer unas normas para la negociación comercial al resto del
mundo", dijo a RT Arriola.
Fuente: http://actualidad.rt.com/
PURA CRISIS LA OTAN
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