Filipinas negociará con EE.UU. una mayor presencia militar por tensiones con China.

Filipinas anunció este jueves que pronto comenzará las conversaciones para aumentar la presencia militar de EE.UU., en medio de crecientes tensiones con China. Las autoridades filipinas anunciaron que pronto comenzarán las negociaciones con los Estados Unidos sobre una mayor presencia militar estadounidense en las dos antiguas bases estadounidenses, la naval y la aérea, en suelo filipino. Según Manila se trata de una medida para disuadir las cada vez mayores reclamaciones chinas en el mar de China Oriental. 

En una carta al Congreso de Filipinas, los ministros de Defensa y de Relaciones Exteriores han expresado estar dispuestos a permitir a las tropas estadounidenses tener "mayor presencia de rotación", lo que ayudará a la nación a conseguir una "defensa mínima creíble" para proteger su territorio, mientras que el país moderniza su propio ejército, uno de los más débiles de Asia. El plan, anunciado por primera vez por el Ministerio de Defensa nacional en junio, daría a los soldados de Estados Unidos una mayor "presencia de rotación" en el país y se debe a que China ha aumentado sus reivindicaciones. En declaraciones a la prensa este jueves, el canciller filipino, Albert del Rosario, dijo: "Estamos tratando de hacerlo tan pronto como sea posible, hacerlo cuanto antes". Varios cientos de soldados de las Fuerzas Especiales de EE.UU. fueron desplegados por cortos plazos en el sur del país desde el 2002 para ayudar a entrenar a las tropas filipinas que luchan contra militantes islámicos. La presencia de tropas extranjeras es un tema sensible en las Filipinas, antigua colonia estadounidense. 

El Senado filipino votó en 1991 cerrar las bases estadounidenses: la naval Subic Bay y la aérea Clark Field, las bases más grandes fuera de EE.UU. durante la Guerra Fría. Sin embargo, Clark y Subic, ahora utilizadas en parte con fines comerciales, siguen dando acogida y servicio a aviones y barcos de guerra de EE.UU. durante ejercicios militares de corta duración. La Constitución de Filipinas prohíbe a las tropas extranjeras estar permanentemente en el país, pero en 1999 el Senado ratificó un pacto con Estados Unidos que permite la estancia temporal de tropas estadounidenses en el territorio nacional. El deseo de Manila de reforzar su defensa y seguridad exterior encaja en la nueva estrategia de Washington de enfocar sus esfuerzos, tanto económicos como militares, hacia la región Asia-Pacífico, donde ha estado fomentando alianzas económicas y militares más estrechas con países como Filipinas y Japón, en parte como contrapeso a la creciente influencia de China. 

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