Incluir Hezbolá en la lista terrorista "justificaría" la intervención militar en Siria.


La UE ha incluido al ala paramilitar del movimiento libanés Hezbolá en la lista de organizaciones terroristas. Es un paso más hacia la intervención militar en Siria, opina el analista del Instituto de Oriente Próximo de Rusia Serguéi Seréguichev. "Considerar el ala militar de Hezbolá como un grupo terrorista refuerza los argumentos de la coalición anti-Assad. Resulta que a partir de ahora Damasco está colaborando con una organización terrorista, le permite estar en su territorio y, de este modo, viola normas humanitarias internacionales", puntualiza Seréguichev, según recoge el diario ruso 'Izvestia'. Cabe recordar que el movimiento libanés no solo apoya al presidente Bashar al Assad en la arena política internacional, sino que sus militantes combaten en las filas de las tropas gubernamentales sirias. En consecuencia, la comunidad internacional tendrá un argumento para aplicar más sanciones contra Siria, acentúa el analista. En el peor de los escenarios, puede incluso iniciar una intervención militar bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo, subraya. 

Lo más probable es que use como punto de referencia el atentado cometido el año pasado en el aeropuerto de Burgas, en Bulgaria, cuando un terrorista suicida hizo explotar un autobús en el que viajaban turistas israelíes: las autoridades búlgaras atribuyen el atentado a los paramilitares de Hezbolá. Este mismo caso sirvió de argumento a la UE, cuando tomó la decisión anunciada hoy, para considerar el movimiento como terrorista. La UE ha subrayado que seguirá cooperando con las fuerzas políticas libanesas. Sin embargo, el mero hecho de que haya incluido a Hezbolá en su lista terrorista va a crear tensiones con Beirut, opina, por su parte, el especialista del Instituto Ruso de Análisis Estratégico Serguéi Demidenko. "Muchos miembros de este movimiento son parlamentarios libaneses, algunos forman parte incluso del Gabinete de ministros del país", destaca el analista. Hezbolá fue fundado en el Líbano en 1982 como respuesta a la intervención israelí de aquel momento. Cuenta con un brazo político y otro paramilitar. 

Cabe destacar que, mientras la declaración de la UE pone en la lista negra solo el ala militar del movimiento, dentro de la Unión hay países, como Francia y los Países Bajos, cuyos Gobiernos consideran terrorista toda la organización, igual que lo hacen Israel, EE.UU., Canadá, Australia y Bahréin. 

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