La batalla de Siria: Una de muchas en el camino a la guerra con Irán.

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Una guerra global librada indirectamente en suelo sirio que empezó en los comienzos de 2011 ha durado ya hasta los primeros días de 2013. Planeada desde hace muchos años, con EE.UU., Arabia Saudita y los funcionarios libaneses admitiendo ante el ganador del Premio Pulitzer, el periodista Seymour Hersh ya en 2007 sus planes para derrocar a la nación de Siria con un ejército regional de extremistas sectarios, el conflicto le ha costado ya la vida a muchos miles y ha puesto en peligro la estabilidad no sólo de Siria y de su futuro, sino de naciones más allá de sus fronteras. El asalto de Occidente en Siria es de hecho uno de los muchos pasos a lo largo del camino de la guerra con Irán. A principios de esta semana, el presidente sirio Bashar al-Assad dio un discurso público en Damasco. En ese discurso, el presidente se negó a transigir en cuanto a la verdadera naturaleza del conflicto. Llamando terroristas a los rebeldes armados de la oposición, el presidente Assad afirmó que su nación no capitulará ante la demanda extranjera de sus enemigos de Occidente, ni interpretará el consejo de sus aliados como "órdenes". El discurso no contenía nada particularmente nuevo, pero fue una señal hacia Occidente de que para ganar el baño de sangre que han diseñado, tendrán que hacerlo por el "camino difícil". 

A pesar de la naturaleza fundamental del conflicto, los titulares a través de los medios de comunicación occidentales lo han pintado como lo que parecen los últimos coletazos de un régimen sirio imperante. Sin embargo, los intereses occidentales que han diseñado y se han comprometido con este conflicto, así como a las implicaciones que tiene, no deben subestimarse. El balón ha sido firmemente colocado en su cancha con el reciente discurso desafiante hecho por Assad en Damasco, y hará su próximo movimiento en breve. Con los misiles Patriot estadounidenses posicionados a lo largo de las fronteras de Siria y con tanto en juego, el próximo año del conflicto dependerá enteramente del gobierno sirio y la capacidad de sus aliados para frenar el flujo de combatientes, dinero en efectivo y armas a través de la frontera, contener la capacidad de estos terroristas para perturbar aún más y desplazar a la población y, sobre todo, de presentar una disuasión viable contra una escalada que Occidente está buscando. Si las legiones terroristas de los EE.UU., Israel, la Hermandad Musulmana y sus patrocinadores en Arabia Saudita y Qatar están fallando, le corresponderá al gobierno sirio comunicar esto a su gente. Si ellos no están fallando, entonces todos los esfuerzos por parte de Siria y sus aliados deben hacerse para asegurarse de que lo hagan. 

La ONU, que ha desempeñado el papel de facilitador principal en la agresión militar de la OTAN en Libia y ahora en Siria, debe ser expuesta continuamente por los cada vez más sofisticados medios de comunicación internacionales que brotan fuera de la influencia de Wall Street y Londres. Un punto de inflexión se debe alcanzar en el que será posible dejar de lado por completo esta organización falsa y los intereses especiales de manejo de su agenda actual, lo que efectivamente derribará la cubierta y la legitimidad que ha estado proporcionando a la llamada "oposición" en Siria - una oposición abiertamente desarrollada y asociada con Al Qaeda y la Hermandad Musulmana. Occidente no sólo está atacando a Siria. Se está librando una guerra política y económica contra China y Rusia, y ocupando militarmente las naciones del continente africano a través del AFRICOM con el pretexto de combatir el terrorismo. Si los días de la hegemonía angloamericana global se están acabando puede ser o no ser discutible, pero la lucha de Occidente para aferrarse a su mal habido poder global, si no para expandirlo, es muy real y permanente. 

La encrucijada de esta lucha se encuentra actualmente en Siria con los ojos occidentales mirando hacia Irán y a las montañas del Cáucaso ruso como los siguientes. Sembrar inestabilidad socioeconómica dentro de China también está en la agenda. Si Occidente fracasa en Siria, será el principio del retroceso de sus ambiciones en la expansión a nivel mundial. Si tienen éxito, las batallas más feroces aún se librarán, y el precio por derrotar a estos intereses especiales se incrementará exponencialmente. Un número creciente de personas están tomando conciencia de este punto de vista geopolítico, económico y local. Un cambio de paradigma está por venir impulsado ​​por las tecnología alternativas, y también lo es el tiempo para que los sabios empiecen despojándose a sí mismos y a su destino de la empresa Wall Street-Londres. El segundo año del "bache" en la carretear de los intereses occidentales está ahora en Siria, pero es sólo uno de los muchos por venir. 

Fuente: http://www.laproximaguerra.com/

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