China sigue con atención los planes de Rusia en Vietnam.

Камрань Вьетнам порт

A juzgar por las declaraciones de expertos chinos, en Pekín han prestado atención a las negociaciones entre Rusia y Vietnam sobre el empleo por la Marina rusa de la base de Kampong. El influyente periódico chino Huancyi Shibao acaba de publicar el artículo “No está mal que Rusia regrese a Kampong”. La historia de las relaciones del triángulo Moscú-Pekín-Hanói siempre ha sido difícil. Por eso despierta mayor interés la reacción de la parte china al posible regreso de la flota rusa a Kampong, que, en general, es neutral. Desde los tiempos de la formación de la República Popular China, Moscú y Pekín apoyaron la lucha de los comunistas vietnamitas contra los colonizadores franceses y después con los norteamericanos, que defendían al gobierno de Vietnam del Sur. Este respaldo se prolongó incluso tras la ruptura de las relaciones entre el Partido Comunista de la Unión Soviética y el Partido Comunista Chino en 1960. Sin embargo, después de la unificación de Vietnam las relaciones entre Hanói y Pekín se deterioraron. Paradójicamente, tras la finalización de la guerra en Vietnam las relaciones entre los tres estados socialistas empezaron a manifestarse en mayor grado por consideraciones geopolíticas que ideológicas.


El Vietnam unificado empezó a pretender un papel más sustancial en la región, contraponiéndose al anhelo de Pekín de ser el líder del movimiento comunista en toda Asia. En respuesta, China decidió respaldar al sanguinario régimen de los Jemeres Rojos en la vecina Camboya en su conflicto con Hanói. Y cuando las tropas vietnamitas derrocaron a ese régimen, China quiso dar una “lección sangrienta” al propio Vietnam, pero fue derrotada en el conflicto militar de febrero de 1979. Este enfrentamiento armado fue denominado primera guerra socialista. Las relaciones entre Pekín y Hanói siguen siendo tensas. El mayor obstáculo es la disputa de los archipiélagos Paracelso y Spratly, enclavados en el Mar de la China Meridional. Vietnam está preocupado por el robustecimiento de la economía y el poderío militar de China, y por el afianzamiento de las posiciones de Pekín en la región y en el mundo. Hanói empieza a buscar aliados para contener al examigo socialista. Dado que EEUU es el principal rival geopolítico de China, Vietnam busca un entendimiento político con ese exenemigo. EEUU, que también intenta encontrar un contrapeso a la influencia de China en la región, está no menos interesado en una interacción con Vietnam.
En este plano, la activación de las discusiones en torno al empleo de la base naval vietnamita de Kampong reviste gran interés. Hasta 1972 fue aprovechada por las tropas de EEUU. Tras la derrota de Vietnam del Sur en 1975, la base pasó bajo control de las tropas norvietnamitas, y ese mismo año fue entregada a la URSS de forma desinteresada. Tras la desintegración de la Unión Soviética, Kampong prácticamente dejó de ser utilizada por la flota rusa y en enero de 2002 fue cerrada a los efectos de economizan medios. En 2003 se iniciaron negociaciones sobre la posibilidad de que Kampong sea utilizada por buques de EEUU. El junio de 2012, el interés por el empleo de la base fue confirmado, durante su visita a Kampong, por el secretario norteamericano de Defensa, León Panetta, quien fue el primer jefe del Pentágono en visitar el Vietnam socialista. A Pekín no le cayeron nada bien los planes de cooperación militar norteamericano-vietnamitas, en los que contemplaron un nuevo paso encaminado a instrumentar un sistema de contención de China y un atentado a su integridad territorial, si bien EEUU no respalda oficialmente las pretensiones territoriales de Vietnam. Ambos países abogan por la posibilidad de una mediación internacional, mientras que China objeta de forma decidida la internacionalización del conflicto.
De ahí que Pekín preste gran atención a los planes de regreso de la flota rusa a Kampong. La creación allí de una base de mantenimiento material y técnico de las Fuerzas Navales rusas fue discutida, en particular, durante la visita a Vietnam del presidente del Gobierno de Rusia, Dmitri Medvédev, a principios de noviembre de 2012. El primer ministro ruso informó a la prensa de que la discusión de este asunto continuará. Esta noticia fue acogida en China con sentimientos confusos. Por una parte, Pekín sigue celosamente el arreglo de las relaciones entre Moscú y Hanói. Los chinos se muestran muy disconformes con la cooperación de compañías rusas y vietnamitas en la explotación de las riquezas naturales de la plataforma continental, pese a que Moscú prometió con firmeza no realizar ninguna actividad en los territorios en disputa. Por otra parte, para China resulta mucho más preferente la permanencia en Kampong de la Marina de la amistosa Rusia, que la de EEUU. Es muy probable que en China prevalezca un segundo parecer. Prueba de ello es el artículo publicado en Huancyi Shibao

Su autor critica de forma decidida los planes de Vietnam de internacionalizar la disputa territorial, pero se muestra más moderado con respecto a Rusia. El analista chino considera que si bien la presencia militar rusa en la región complicará aún más la situación, al mismo tiempo puede dar a China un mayor espacio de maniobra. Tales apreciaciones suponen la fidelidad del rumbo ruso enfilado al desarrollo de relaciones edificantes con todos los estados de la región Asia-Pacífico, sin injerencia en el conflicto entre ellos. Sabido es que en las disputas de los estados de la región, Rusia no se pone del lado de ninguna de las partes. China es un socio estratégico de Rusia y las relaciones estrechas con el país asiático son sumamente importantes para Moscú. Pero, el restablecimiento de las relaciones tradicionalmente amistosas con Vietnam, al igual que el fomento de una cooperación mutuamente provechosa con otros países de la región Asia-Pacífico, responden, no en menor grado, a los intereses nacionales de Rusia.

Fuente: http://spanish.ruvr.ru/

Comentarios