La OTAN será más “inteligente”

Los cambios afectarán a todos los países miembros de la alianza. De ahora en adelante, sus fuerzas armadas se formarán en función de las peculiaridades económicas e industriales de cada país. La OTAN está en los umbrales de una trascendental reforma que debe ser anunciada en su cumbre de Chicago, el próximo fin de semana. Se trata de uno de los cambios más radicales en la historia de la organización. Todas las naciones que la integran, tendrán que acomodarse a las necesidades colectivas y sus gobiernos deberán acordar sus presupuestos militares con la jefatura de la alianza.




La primera información sobre posibles cambios dentro de la OTAN apareció a principios de este año. Se supo que EEUU reduce sustancialmente sus inversiones en programas de defensa durante los próximos diez años. Los demás países de la OTAN tuvieron que seguirle la corriente, debido a la crisis. Ahora, la organización está dispuesta a modificar el principio de organización de sus fuerzas armadas. El programa Smart defence (Defensa inteligente) supone que, en vez de mantener unas fuerzas armadas completas, cada uno de los países miembros deberá “especializarse” en una de las ramas militares acordadas con la alianza.

En la práctica, esto significa que parte de los países deberá renunciar, por ejemplo, a las tropas acorazadas nacionales, para dotar a la alianza en su conjunto con una fuerza aérea adecuada. Otro punto implica la unificación de los modelos de armas, la creación de escuelas militares centralizadas, ejercicios conjuntos y un sistema único de logística y aprovisionamiento de tropas. En total, son veinticinco puntos. He aquí un comentario al respecto del director de la revista Defensa Nacional,Ígor Korótchenko.
—La medida favorece, en primer término, a los países con pequeños presupuestos militares. La especialización les permitirá concentrar sus recursos en el desarrollo de un segmento reducido del programa militar, en vez de ir desarrollando su poderío militar completo. Éste es un enfoque racional que supone optimizar los gastos militares de la alianza en función de la especialidad concreta de un país o un grupo de países. Lo esencial es que el esfuerzo se concentra en cierta área prioritaria, en la que el país ha logrado su mayor éxito.

Otra razón para emprender la reforma fue la campaña en Libia que ha demostrado que sin ayuda de EEUU los países del Viejo Mundo no pueden operar con eficacia en el terreno militar. Los estadounidenses tampoco quedaron satisfechos con la calidad de su interacción con las demás naciones de la OTAN. Washington no deja de quejarse de que le toca realizar misiones de seguridad en aras de toda la alianza y soportar la mayor carga financiera de estas operaciones. Al mismo tiempo han logrado convencer a sus aliados europeos de no escatimar dinero en el escudo antimisiles global. De esta manera todas las partes ahorran importantes montos, afirma el director adjunto del Instituto de EEUU y Canadá, Pável Zolotariov.
—Está claro que los países de la OTAN no aceptarán ningún aumento de sus gastos militares. La tarea es optimizar los recursos disponibles. En función de las peculiaridades nacionales, hay que liberar a ciertos países de parte de los gastos, para que se concentren en las ramas que tengan mejor organizadas. De esta manera se podrá mantener el total de los gastos de la OTAN a un nivel bastante prudente sin sacrificar el desarrollo de las áreas prioritarias.

No todos los expertos confían en el éxito de la reforma. Afectará a uno de los elementos clave de la soberanía nacional: las fuerzas armadas. Entre los miembros de la OTAN hay bastantes controversias y desconfianza. No está claro cómo se resolverían los conflictos. La seguridad la OTAN dependería de la situación política en cada país y de la disposición de sus líderes para tratar con Bruselas y Washington. Después de las operaciones militares en Irak, Afganistán y Libia, muchos han perdido las ganas de blandir armas.

Fuente: http://spanish.ruvr.ru

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