Las autoridades británicas esperan que 2012 marque el "último empujón" para erradicar a la red terrorista

Las autoridades británicas esperan que 2012 marque el "último empujón" para erradicar a la red terrorista Al Qaeda de Pakistán, pero han alertado de un posible resurgimiento del grupo en el norte de África, según las fuentes consultadas por el diario británico 'The Guardian'. La eliminación de los dirigentes de Al Qaeda que aún quedan en Pakistán con la actual campaña de bombardeos y asesinatos selectivos con aviones no tripulados supondría la apertura de una nueva fase en la lucha contra el terrorismo internacional. De hecho, según la fuente, "solo quedan un puñado de actores clave" vivos.
Sin embargo, otras fuentes ajenas a los gobiernos occidentales y cercanas en cambio a los grupos islamistas han asegurado que al menos dos altos mandos de Al Qaeda ya se han trasladado a Libia, mientras que otros han sido interceptados en el camino. Estos datos hacen pensar que el norte de África podría convertirse en un nuevo "teatro de la Yihad" en los próximos meses o años.
"Creo que están muy debilitados. No puedes decir que ya no sean una amenaza, lo son, pero es una amenaza mucho menor", ha señalado otro experto.
"Un grupo de personajes muy experimentados del norte de África han abandonado los campamentos de la provincia de Kunar, en Afganistán, donde llevaban varios años, y han regresado a través de Oriente Próximo", ha indicado una de las fuentes consultadas por la BBC. "Algunos han sido detenidos, pero unos pocos han pasado", ha asegurado.
Al parecer el traslado se debería a la búsqueda de una mayor seguridad regresando a sus países de origen o también podría tratarse de un movimiento estratégico para intentar explotar la Primavera Árabe. Además, todo apunta a que se ha reducido el número de voluntarios que se presentan en los campamentos de las zonas tribales de Pakistán. El líder de Al Qaeda sigue siendo el egipcio Ayman al Zawahiri, pero, tras la muerte el pasado 2 de mayo de Usama bin Laden, los dirigentes inmediatamente por debajo de Al Zawahiri son igualmente un objetivo prioritario de la guerra contra el terrorismo. Entre ellos estarían Saif al Adel o Abu Yahya al Libi.
Al Adel podría estar en Pakistán, pero otras fuentes apuntan a que se encuentra detenido en Irán. "El hecho de que no podamos estar seguros de dónde está alguien como Al Adel es una prueba de lo problemático que es todo este asunto. Hay muchas cosas que simplemente no sabemos", ha advertido la fuente.

ACTORES LOCALES
Según los servicios secretos estadounidenses y británicos quedan menos de 100 milicianos de Al Qaeda o afines en Afganistán, de los que solo "un puñado" suponen una amenaza a nivel internacional para los países occidentales. En cambio, actores locales como la Red Haqqani cuentan con una presencia importante en la frontera afgano-paquistaní, sin que las autoridades de Islamabad tengan interés en iniciar una campaña contra ellos, ya que se centran en atentados contra las fuerzas afganas e internacionales presentes en Afganistán.
Incluso ciertos sectores del aparato de seguridad occidental consideran "comprensible" la actitud de Pakistán. "Mover ficha contra los Haqqani es un callejón sin salida para el Ejército paquistaní. Si sufren importantes bajas y no logran eliminar al grupo, perderán autoridad y a un interlocutor clave. Si tienen éxito, perderán un importante activo", ha indicado otra fuente. Todo ello apunta a una posible evolución de Al Qaeda. "La dirección de Al Zawahiri es de transición. Está lastrado por su pasado de la vieja escuela. Estamos esperando para ver cómo es la nueva Al Qaeda", ha añadido. En líneas generales parece que el objetivo es una fragmentación de grupos en Somalia, Yemen y otros países con sus propios objetivos locales.
En ejemplo de esta nueva corriente sería la actitud de Al Shabaab, un poderoso grupo somalí afín a Al Qaeda que se ha implicado por primera vez en labores caritativas, algo impensable hace unos años. Tampoco los islamistas de Boko Haram de Nigeria cumplen con la ortodoxia internacionalista y ni siquiera parecen interesados en integrarse formalmente en la red terrorista global pese a contar con ayuda económica suministrada por Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). Mientras, en Europa se han estabilizado los niveles de radicalización. Menos europeos de los que se temían han llegado a entrar en contacto con Al Qaeda, principalmente unos pocos de alemanes radicalizados.

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