El ministro de Defensa argentino anuncia la intención de fabricar un submarino de propulsión nuclear.


El ministro de Defensa de Argentina, Artuto Puricelli, ha anunciado un proyecto para la creación de submarinos con propulsión nuclear, como parte de la estrategia del Gobierno en la recuperación de la industria de la Defensa, en este caso, en lo que respecta al desarrollo y mantenimiento de la flota de submarinos.

Una vez que concluyan este año los trabajos de Reparación de Media Vida (RMV) para extender la vida útil del submarino S-42 ARA San Juan por 15 años más, se proseguirá con la construcción del sumergible ARA Santa Fe. Ambos submarinos, son del tipo TR-1700, cuya licencia fue comprada a la empresa alemana Thyssen Krupp. La construcción de ese buque se discontinuó en 1994 en una etapa en que mostraba un avance superior al 70% y cuyos motores se encuentran en el país, y se retomó –paulatinamente-a partir de 2010. El futuro buque de 2.300 toneladas de desplazamiento, 68,60 metros de largo y 8 de diámetro puede ser, por la solidez de sus mamparos, equipado con una planta impulsora nuclear. Para ello, el Astillero Storni deberá alcanzar una experiencia constructora previa, que puede demandar hasta quince años de desarrollo.
 

Por lo pronto, ese astillero del CINAR, fue varias veces visitado por grupos de técnicos del INVAP y la Comisión Nacional de Energía Atómica para tomar conocimiento directo de las posibilidades que ofrece un buque de esas características para albergar un reactor del tipo del Carem, que fuera originariamente diseñado para servir de planta motriz de un submarino nuclear lo que aseguraría una enorme autonomía de navegación. La idea de contar con equipamiento de ese tipo fue sugerida, a mediados del año 2009 por la entonces ministra de Defensa, Nilda Garré. Un submarino nuclear exigiría contar con una estructura un tercio mayor que uno convencional y una torreta de seis metros.

Recuperación de la industria de la Defensa
Desde el año 2003 a esta parte, la Argentina viene experimentando un gran crecimiento de su industria al servicio de la Defensa Nacional. De esta manera, se han recuperado para el Estado sectores estratégicos como la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) y el Complejo Industrial Naval Argentino (CINAR) –compuesto por los astilleros Tandanor y Storni-, como así también, se ha logrado la construcción de radares primarios y secundarios con tecnología nacional y, entre otros proyectos, en el mes de Junio pasado, se llevó a cabo con éxito la primera etapa de prueba del vector Gradicom II, un cohete de dos etapas de industria nacional.
 

Se estima que si la decisión política de construir un sumergible con propulsión nuclear continúa su curso, se necesitará crear una alianza estratégica de desarrollo y uno de los candidatos es el Thyssen Krupp, ya que hace 35 años que la Armada opera naves de ese origen. Por otra parte, la empresa estatal INVAP (Investigaciones Aplicadas S.E), la misma CNEA, Institutos de investigación aplicada, CITEFA, la Armada y otras empresas locales pueden conformar la trama tecnológica necesaria. Con todo, queda por determinar la cuantía de la inversión y la financiación.
 
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